Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Conoce las orquídeas de la Península de Yucatán como la palma de su mano. Ama a Yucatán como a su propia tierra y cree en el poder de la conciencia para cambiar el mundo. La generosidad es su carta de presentación, y sus ojos y la sonrisa son una cálida bienvenida.

Joann Andrews es una de las figuras referenciales en Yucatán en el tema de la conservación de la biodiversidad; su amor por la naturaleza, la historia, la cultura y los caballos la han llevado a ser fundadora de iniciativas transcendentales, sin perder en el camino las virtudes de la sencillez, la humildad y el compromiso.

Congruente con sus causas, su casa es un reflejo de ella misma: un lugar apacible, rodeado de naturaleza que, por supuesto, incluye a sus amadas orquídeas. Por dentro, su vivienda es un santuario de arte y conocimiento, porque posee una codiciada biblioteca de más de cinco mil libros.

Con la naturalidad que abrió sus puertas para conducirnos a su estudio, así abrió brecha para compartirnos sus experiencias de vida.

Yucatán en el mapa de su vida

Recuerda con agrado su llegada a Yucatán. “Esto hace casi 50 años, tendré que hacer fiesta”, expresa, sonriente, y recuerda su primer viaje a tierra maya. En aquel tiempo estaba en el servicio diplomático de los Estados Unidos, donde trabajó por 10 años en África, allí conoció a quien fue su esposo, el arqueólogo Dr. E. Wyllys Andrews.

Tras un intercambio de cartas de Navidad, platicando de sus trabajos y el lugar dónde vivía, el arqueólogo la invitó a Yucatán, donde él residía; movida por su espíritu aventurero, ella decidió cruzar al nuevo continente con la única referencia de dos libros sobre la cultura maya, obsequiados por su pretendiente.

“Así llegué. Visité Dzibilchaltún, Xcaret y Balancanché. Él me preguntó si quería vivir aquí, y le dije que sí; desde ese momento estoy aquí”, recuerda mientras sonríe.

De diplomática a conservacionista

Joann Andrews lo primero que hizo al llegar a Yucatán fue ayudar al Dr. Andrews en excavaciones realizadas en el sitio arqueológico de Becán, Campeche. Ahí se sorprendió al ver orquídeas, tan sólo en la Estructura 1, con las dos torres, encontró 16 tipos diferentes de esta flor, y desde entonces su fascinación se convirtió en investigación.

“Comencé a interesarme en lo que podíamos hacer para salvar lo que queda de esta maravillosa Península”, menciona.

Andrews es experta orquideóloga; desde hace más de 40 años ha estudiado este tipo de flor de la Península de Yucatán y ha publicado la primera lista para identificación de éstas.

Misión de Pronatura

En su proceso de investigación, obtuvo la ayuda del presidente de la Asociación de Orquideología en México, y al ver el valioso trabajo, le propuso ser la representante de la organización que estaba fundando: Pronatura. 

“Al principio pensé que tenía demasiadas ocupaciones para esto, pero acepté, y formamos un grupo en Yucatán hace más de 20 años. Estamos evolucionando muy bien, con buen trabajo, siempre tengo mano metida en esto. Sabía que lograríamos una buena reputación porque estamos claros en lo que debemos hacer para la conservación de la biosfera de la Península de Yucatán. La principal misión es la conservación y protección de la biodiversidad en México y en Yucatán. Hay que velar por muchas especies”, explica. Y como si fuera parte de la narración, se unen los sonidos de la naturaleza que abrazan su hermosa casona blanca.

Orquídeas 

Su trabajo está documentado en dos libros, uno sobre las orquídeas en Campeche, con colaboración de Antonio Sánchez, y otro de la Orquídeas en Quintana Roo, con apoyo de León Ibarra. “Nos falta Yucatán, pero necesito alguien que me ayude en eso; en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) se tiene un listado de orquídeas de toda la Península, pero necesitamos un específico del Estado. El problema es que aquí hay mucha deforestación desde el tiempo del presidente Luis Echeverría, cuando decidió talar mucho para la ganadería. Afortunadamente, hay entre los ganaderos quienes quieren conservar espacios de selva alrededor de sus ranchos”, expresa con tono de urgencia.

Los caballos, su otra pasión

Andrews dedicó mucho tiempo a Pronatura, pero su otra afición es la equitación inglesa. Recuerda que en su juventud, en Virginia, tenía caballos y practicaba este deporte. Aquí, después de la muerte de su esposo, decidió regresar a esta afición, por lo que al no haber clubes de equitación fundó el Club Hípico del Sureste. Ahora en Mérida hay cinco agrupaciones de este tipo. Este amor por la equitación la comparte con su hija, yerno y nieta, con quienes monta en la finca familiar. Este trabajo también ha sido benéfico para instituciones de equinoterapia, ya que prestan sus instalaciones para esa causa.

Altruista desde su etapa diplomática

“Mientras estaba en África impartía clases de inglés, como voluntaria. Me tocó darle clases a una figura del futbol que luego me enteré (que) se fue a un club europeo, entonces entendí por qué el joven causaba tanto revuelo cuando iba al salón. Finalmente fue prestigio para mí (risas)”, recuerda.

Comparte experiencia y conocimiento

Con 85 años y mucho conocimiento por compartir de viva voz y a través de los libros, Joann Andrews abre las puertas de su casa a estudiantes e investigadores que quieran consultar su biblioteca especializada en la cultura maya, arqueología, historia, biodiversidad y todo sobre la naturaleza. Los ejemplares están disponibles para consulta. “Tenemos libros que ni el INAH tiene, ya que los consiguió mi esposo, son más de cinco mil libros”, expresa con orgullo y la disposición de ayudar.

PERFIL

• Joann M. Andrews nació en 1929, en EE.UU.
• Se casó con el arqueólogo Dr. E. Wyllys Andrews.

TRAYECTORIA

• Es egresada del Colegio Barnard de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
• Realizó una Maestría en Economías Internacionales en la Escuela de Estudios Avanzados Internacionales de la Universidad Johns Hopkins, en Washington, DC.
• Su experiencia profesional la ha desarrollado en puestos directivos relacionados con temas económicos y el medio ambiente.
• Fundadora de Pronatura Peninsular de Yucatán (actual presidenta honoraria) y del Club Hípico del Sureste. 
• También es miembro de la Asociación para la Equinoterapia y del Patronato Pro Historia Peninsular.
• Trabajó como diplomática en Senegal, Zaire y Camerún, en África.
• Pertenece a la New York Academy of Sciences y a la Asociación Mexicana de Orquideología.