La cuña, para que apriete…
El Poder de la Pluma.
La reducción sustancial de las emisiones de carbono es un factor crucial para evitar enormes daños tanto económicos como medioambientales y sociales, por lo que se ha convertido en el más grande desafío global para toda la humanidad.
La generación de energía eléctrica desde fuentes limpias y renovables, en conjunto con agresivas medidas de eficiencia energética, es uno de los pilares más importantes en esta reducción, sin embargo, adicionalmente hay que optar por otras medidas que contribuyan a capturar el carbono presente en la atmósfera.
La industria de la construcción es otra de las grandes responsables de las emisiones globales. La producción de cemento, por sí sola, aporta el 8%de estas emisiones. Por lo que, de poder incorporar masivamente soluciones de Captura y Utilización de Carbono (CCU) en la construcción, se estaría cumpliendo el refrán popular que reza: La cuña, para que apriete, ha de ser del mismo palo. Pero, ¿es factible, alcanzable y sostenible combatir las emisiones de carbono utilizando carbono?
La industria de la construcción es también una de las más efectivas palancas del desarrollo económico, con un gasto de alrededor de 11 trillones de dólares anuales, es responsable de un 13% del Producto Interno Bruto global. Así que la construcción tiene ante sí dos grandes retos: elevar su productividad al mismo tiempo que reducir su huella de carbono y los daños que causa al medio ambiente. El CO2 podría estar en el corazón de la respuesta que daría solución a ambos temas.
En el reporte “Hoja de Ruta Global para Implementar la Utilización de CO2”, elaborado por la Universidad de Michigan, fueron evaluadas más de 180 tecnologías de utilización de dióxido de carbono (CO2U) a nivel mundial, con énfasis en su viabilidad, disponibilidad, mercado, y oportunidad. Y se encontró que los materiales de construccióntienen el mayor potencial.
El CO2 puede capturarse directamente del aire, colectado de las plantas generadoras de electricidad o de las cementeras; y las oportunidades están en incorporar estos compuestos como materia prima o agregados en la fabricación de concretos avanzados, productos prefabricados y otros materiales, que ofrecerían mayor facilidad de fabricación, menor huella de carbono, mayor integridad estructural, estabilidad mecánica, comportamiento térmico inteligente, y hasta proveer un medio que ayude a la filtración del aire. Estos nuevos materiales se convertirían en facilitadores críticos de importantes avances en la construcción, mejorando su productividad.
En conclusión, la producción y comercialización de productos derivados de la utilización del dióxido de carbono ofrecen una gran oportunidad de mitigar emisiones y generar crecimiento económico al mismo tiempo. Aunque aún hace falta continuar investigando y desarrollando tecnología, CO2U tiene el potencial, a plena escala, de generar mercados con valor de al menos 800 billones de USD y de utilizar unos 7 billones de toneladas métricas de CO2 anuales para 2030, lo que representa un 15% de las emisiones globales actuales.
Sin duda, la cuña, para que apriete, ha de ser del mismo palo.