La familia, clave para prevenir problemas de salud mental
Abordan la prevención de problemas emocionales y sociales en la plática del programa “Salvemos una Vida”.
Hoy más que nunca, la salud mental de las personas está siendo un tema crucial en nuestra sociedad. A menudo se habla de problemas como la depresión, la ansiedad, el suicidio y la soledad, afectando a jóvenes y adultos por igual. Pero, ¿cómo podemos prevenir estos problemas que afectan cada vez más a la población? La respuesta radica, en gran medida, en el fortalecimiento de la familia.
Durante la plática de Salvemos una Vida, bajo la conducción de Jorge Barrera Ortega, quien tuvo como
invitado especial al doctor Mario Lóme, quien fue conferencista invitado al tercer Congreso Internacional de
las Familias realizado en Mérida, Yucatán, hablaron sobre el tema “Familia, Proyecto y Sentido”, y el especialista enfatizó que la familia es el centro donde comienza la formación de los valores fundamentales que guiarán a una persona a lo largo de su vida.
“La gran esperanza está en la familia, no en las políticas públicas ni en soluciones externas, sino en fortalecer este núcleo que es el pilar de la sociedad.”
Destacó cómo la crisis de valores que enfrenta la sociedad moderna tiene sus raíces en una desconexión
familiar. En un mundo donde las personas parecen estar cada vez más aisladas, aunque estén conectadas a través de la tecnología, la falta de comunicación y conexión genuina entre padres e hijos está creando una “sociedad huérfana”, donde los niños y jóvenes buscan sus modelos a seguir fuera del hogar, a menudo en figuras públicas sin valores sólidos. Este fenómeno está llevando a muchos a una vida de vacío emocional y, en algunos casos, a conductas de riesgo, como las adicciones, la delincuencia y, lo más alarmante, el suicidio.
Puso de ejemplo el caso de una pequeña que, al ser interrogada sobre su malestar emocional, respondió
con palabras inusuales para su edad, como “estoy estresada”; había absorbido esa preocupación de sus padres.
Comentaron que hoy en día, muchos jóvenes se enfrentan a la disyuntiva de formar una familia. El miedo al compromiso y la falta de modelos familiares sólidos los está llevando a preferir la soltería o la individualidad antes que la construcción de una familia. Además, la sobrecarga de trabajo y las presiones sociales hacen que muchos padres pasen menos tiempo con sus hijos, lo que genera más desconexión y aumenta el riesgo de que los niños crezcan sin los valores esenciales para una vida plena.