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Una vez leí que muchos de los problemas que las personas tienen al relacionarse con otros se generan en la falta de límites. Dicen que poner límites es sinónimo de libertad, pero también es cierto que cuando se toma la decisión de decir NO, y se renuncia a complacer a todo el mundo surge el miedo a parecer egoísta.

Existen ciertas señales que hacen escándalo en la vida de las personas a las que les urge establecer términos: se sienten agobiados, muestran resentimiento hacia quienes piden su ayuda, evitan interactuar con los demás, sienten coraje por haber ofrecido apoyo y no recibir lo mismo, sueñan con dejar todo e iniciar de nuevo, y la principal y más triste, nunca tienen tiempo para sí mismos.

Creo que la vida es demasiado corta como para dejarla ir buscando complacer a todos, menos a uno mismo. Si es verdad que los límites son la puerta hacia una vida saludable, es preciso y necesario que todos aprendan a ponerlos como protagonistas de su historia.

No puede ser feliz alguien que es incapaz de expresar sus emociones o necesidades por el temor a que otra persona se sienta defraudada o mal. Lamentablemente hay mucha gente que se acostumbra a vivir formando parte de relaciones unilaterales en las que uno es quien da y el otro quien recibe. A la larga el agotamiento, la frustración y el sentimiento de impotencia terminan por manifestarse de maneras que son todo, menos sanas para cualquier tipo de relación, y todo esto se deriva de la ausencia de límites.

Es por ello que para sentirse bien consigo mismo todo ser humano debe aprender a decir NO cuando así lo requiera, dejando de lado la falsa creencia de que si se niega a lo que otros desean o esperan será catalogado como egoísta o egocéntrico. Y si así fuera, es preferible la incomodidad al resentimiento que surge tras la falta de límites.

Entre los principales motivos por los que una persona es incapaz de ponerlos destacan el miedo a decir NO, la costumbre a situar a los otros por encima de uno mismo, también figura el síndrome de superhéroe (aquellos que piensa que puede con todo), no se queda atrás quien posee altas expectativas y con el afán de demostrar un buen nivel de productividad se esmera de manera irracional. Los que por sus inseguridades se sienten poco valorados también se encuentran en la lista.

La psicóloga y experta en relaciones Nedra Glover Tawwab habla sobre este importante tema en su libro “Cuestión de límites”, en el que deja muy claro que lograr una vida con relaciones saludables es un proceso continuo, el cual se va dominando con el tiempo y la práctica.

“He tardado años en no sentirme tan culpable a la hora de establecer límites con la gente, porque no sabía que esa culpa es normal cuando haces algo que crees que está mal”, dice entre sus páginas Nedra. Y eso es cierto, mucha gente vive pensando que decir NO está mal y que poner límites es un acto egoísta, pero la realidad es que hacerlo es la clave para lograr relaciones saludables

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