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No hay mal que por bien no venga, dice cierto dicho popular que se ha inmortalizado en canciones, fábulas y libros. Todo por alguna razón pasa y a veces de aquello malo nace lo bueno, solamente hay que saber cómo mirarlo.

Son varias las culturas que hablan del bien dentro del mal, como, por ejemplo, el Ying y Yang de China, que permite ver el equilibrio entre lo bueno y lo malo. También hay religiones que abordan este tema, por ejemplo, en la religión católica tenemos un dicho: Dios solamente tiene dos respuestas para tus peticiones, sí, y no ahora porque te tengo algo mejor.

En la terapia me topé con una persona que me hablaba del arrepentimiento de su vida, una decisión que consideraba terrible que tuvo que tomar para poder salvar su pellejo. Se mantuvo mucho tiempo en un estado de depresión hasta que, en la misma terapia, descubrió que aquello que le aqueja, aunque no fue bueno, le ayudó en su momento. También descubrió que, muy probablemente, si regresara al pasado volvería a tomar la misma decisión, pues lo hizo pensando que era lo mejor para su futuro empleando para ello las herramientas y emociones que tenía en aquel instante. Le dije entonces que no se trata de vivir con la culpa sino del ¿qué harás con ella? Pregunta que le hizo meditar para luego decidir empezar un canal de YouTube para hablar y aconsejar a los jóvenes que como él están pasando por situaciones similares, intentando que puedan vencer las situaciones similares a la suya. Me contó que su canal ha recibido mucha aprobación y muchos mensajes de agradecimiento. Que ha ayudado a mucha gente y eso no hubiera sucedido de no haber vivido una mala experiencia. De una mala situación nació una muy buena.

Otro ejemplo es la guerra, pocas cosas son tan horribles como ella, pero para llegar a la paz primero tiene que haber un conflicto, para llegar al perdón primero tiene que haber una falta y para aprender primero hay que fracasar.

Los árboles crecen después de la tormenta, incluso, aprendes a montar bicicleta después de caerte de ella varias veces. Conoces gente cuando te cambias de casa o escuela, aprendes de tus errores cuando los cometes, e incluso votas por la persona que crees que pueda cambiar a México tras arrepentirte de tu voto anterior.

No hay mal que por bien no venga, así que no importa que suceda con las elecciones de hoy, no importa lo que haya pasado con tus decisiones del pasado o con los accidentes del día a día. Tratemos de encontrar ese lado positivo que siempre está en nuestra vida y nos alienta a seguir adelante.

Recordemos que vivir no es estar en paz, sino buscarla, no es la estabilidad, sino la constante lucha por ser estable, no es sentarnos a llorar, sino empezar a buscar soluciones, pues siempre están ahí.

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