He decidido quitarme la vida
Columna de David R. Ojeda Correa: He decidido quitarme la vida
No crean que es por débil o porque no tuve fortaleza, lo he llorado y pensado, muchas veces lo he expresado y se me tomó a burla, simplemente no veo otro remedio, no hay solución en un mundo donde todo es mi culpa, donde ya no tengo nada por hacer. Me pesa irme, pues amo mucho, los amo a ustedes familia y lamento demasiado el dolor que les voy a causar, pero que será menos que el que les causa cargar conmigo a diario”.
Esta fue la “carta suicida” de una persona a quien sus amigos señalaban como sonriente, amistosa y que por un tiempo se veía triste, lloraba a veces de la nada, pero luego parecía la más feliz del mundo. Sus maestros decían que era inteligente, pero sus calificaciones habían bajado.
Su mejor amiga estaba extrañada, pues siempre la vio feliz en los días previos a su suicidio. Su mamá lloraba con sentido de culpabilidad, pues decía que hubo señales que no entendió. Su mejor amigo contó que desde meses atrás subía chistes de suicidio en el Facebook de los cuales todos se reían y hasta compartían.
Su psicólogo, que por cierto no tenía postgrado en psicoterapia, dijo que ya había referido en la consulta que tenía pensamientos de que era mejor morir y que incluso había pensado cortarse las venas en la pila del baño para no ensuciar la casa. Lo peor es que, esta historia se vive a diario.
En Yucatán, al día de hoy, se han registrado 65 suicidios en lo que va del año, es decir, más de 5 muertes por semana y que por cada suicidio hay 20 intentos que no fueron consumados, si no hacemos algo, en un tiempo tendremos 100 muertos por mes. La muerte no es ni será la vía rápida, no será el camino fácil.
Esta semana leí en un chat que “para suicidarse tienes que tener mente débil”, pero yo estoy seguro de lo contrario. Quien vive con ansiedad y depresión tiene que ser muy valiente, el peso de vivir sin la sustancia que te da la capacidad de ser feliz es una batalla brutal.
El ser humano nace con el instinto de supervivencia, por ello, quien busca la muerte es porque algo no está bien dentro de él y urge ayuda, es indispensable meterle un poco de esa sustancia al cerebro y darle el apoyo profesional para que vea la vida de otra manera… de la manera real.
Tenemos que acercarnos a todo aquel que muestre el dato más pequeño como lo sería un meme de Facebook, un llanto fácil o un cambio de humor repentino.
Los invito a asustarse si escuchan a alguien hablar de su propia muerte aunque parezca en broma y buscar el mejor momento para acercarse y hablarle seriamente. Si no sabes qué decir no importa, solo escúchalo y pregúntale qué necesita mientras le expresas la importancia que tiene para ti. Si estás en contacto con alguien que ya planeó el suicidio detenlo, aunque sea contra su voluntad, en ese momento, no sabe que no está pensando con claridad.
Habrás salvado una vida. Y, por otro lado, si eres tú quien tiene estos pensamientos, por favor, regálate una última oportunidad, llama a un psiquiatra o a un psicoterapeuta hasta que te conteste o bien a la línea de la vida 800 911 2000. ¡Vales la pena!