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Mare gastar se hizo el carnaval, la fiesta de la carne, de la lujuria, el desenfreno, la sensualidad, los borrachos, los botellazos y demás paisajes naturales de las fiestas del Rey Momo. Mare lo que sí es una realidad es que cada día se va diversificando más el tema del carnaval, desde los que lo quieren hacer muy sofisticado, de alto pedorraje o, como diría alguien, muy fifi, haciendo a un lado a los huiros, hasta los que lo quieren volver una celebración a Baco, donde predomina el correr de las horchatas mareadoras, o los que quieren seguir haciendo un carnaval familiar y tradicional; mmm ¿será que todavía queda alguno? Por sí solo siempre será un tema polémico, desde por aquellos que piensan que los tiempos están permitidos para el desenfreno, hasta los que dicen que sí, pero que ya abusan.

La realidad es que cada día da más tristeza ver en los carnavales a muchos menores de edad en estado inconveniente o, como decimos en el terruño, medio mamados, y por eso aumentan en las páginas de los periódicos o las redes sociales los casos de jóvenes que pierden la vida por estar manejando ebrios, y hay un tema recurrente y es que mucha gente está teniendo accidentes en un horario aproximado a las seis de la mañana. Uno se pregunta si hay algún motivo, pues no se si sea válida mi hipótesis, pero por medio de las redes sociales se notifican en dónde están los alcoholímetros para evadirlos, muriendo muchas personas inocentes por esto. Tal parece que los chavos se están dando cuenta de que a las 5 de la mañana empiezan a retirar los retenes por el cambio de turno, entonces deciden esperar hasta esa hora para ir a sus respectivas casas, pero con más horas de ingerir bebidas espirituosas, y súmele el cansancio que causa perder el control del volante y propiciar alguna tragedia.

Creo que es tiempo de dar un buen golpe de timón y acabar con las falsas expectativas y modelos intangibles que proyectan los jóvenes, como creer que tener más seguidores o más likes en alguna red social puede hacer una mejor o peor persona, tener más popularidad o una fama efímera, por eso es común ver todo tipo de idioteces que hacen con tal de conseguir un like, sin importar que alguna de estas locuras pueda causar la muerte de un ser humano.

Vivimos en una sociedad de cristal, que podría ser tan fuerte como un cristal de edificio o tan frágil como el cristal de una copa. La solución a los problemas es simple, son tres palabras que parece que están en el olvido, o peor aún las enterraron para que nadie las conozca, pero encierran muchas soluciones a los problemas de la actualidad, donde son tantos los fanatismos que incluso no respetan lo que para muchos es el Ser Supremo. Gobiernos y sociedad trabajen en conjunto y desentierren, hagan campañas intensas, programas sociales y vuelvan trending topic entre esta juventud esas tres palabras: CULTURA, EDUCACIÓN Y VALORES, piénsenlo, masinó.

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