Las comadronas, diezmadas por la 'ciencia'

En las dos últimas décadas se ha dado un descenso significativo de parteras mayas yucatecas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En las dos últimas décadas se ha dado un descenso significativo de parteras mayas yucatecas; de 776 que existían en 2003 hoy día subsisten 317, y  tienden a concentrase en municipios del sur y oriente.

En distintos momentos del periodo colonial, las parteras o x-aalansajo’ob fueron desprestigiadas por los españoles, quienes, unidos al poder del clero, las acosaron de incluir ritos y magia en sus prácticas. En los años treinta del siglo XX, fueron hostilizadas por la sociedad médica yucateca al tildarlas de charlatanas e ignorantes. A pesar de ello, las parteras siguieron siendo muy demandadas hasta la década de los ochenta para el control del embarazo, la atención del parto, del puerperio y del recién nacido, principalmente en el medio rural.

El advenimiento y expansión de la medicina institucional en las zonas rurales, en los años setenta del siglo pasado, fue socavando la hegemonía de las comadronas, generando un proceso de sustitución y subordinación a la medicina oficial. Los programas de adiestramiento a parteras por el sector salud, con un marcado enfoque biomédico, se convirtieron en un mecanismo de regulación y control, limitando el tipo de embarazos y nacimientos que ellas pueden atender. Este enfoque hace caso omiso de los saberes y cuidados que las parteras sugieren, despojando su práctica de los aspectos sociales, culturales y espirituales que complementan su atención.

Algunas parteras lamentan esta situación, otras se han tenido que adaptar a las disposiciones oficiales y colaborar con los programas nacionales de salud como el de control de la natalidad; aunque con frecuencia defienden y reafirman sus saberes frente a los médicos científicos argumentando que ellas conocen varias practicas desconocidas por ellos, como sobar a la embarazada, “amarrar” a la recién parida, dar baños puerperales y cauterizar el ombligo, entre otras.

En síntesis, los saberes de las parteras no han sido bien aprovechados como un puente entre la población usuaria y los servicios médicos en beneficio de un embarazo, parto y puerperio saludables. Es necesario desarrollar un modelo de acompañamiento en el que se establezcan diálogos interculturales entre mujeres, parteras y personal de salud en torno a las prácticas del ciclo reproductivo; de lo contrario, esta práctica desaparecerá en un futuro cercano.

 

Lo más leído

skeleton





skeleton