¿Y si?
Julia Yerves Díaz: ¿Y si?.
No es posible ir por la vida corrigiendo al prójimo cada vez que un hubiera se aparece. La frase “el hubiera no existe” ya podría considerarse como una ofensa en estos días que nos transcurren con fragilidad del espíritu. Y es verdad, el hubiera no existe; pero en épocas donde tantas cosas ocurren al mismo tiempo, pensar en una hipótesis amable con giros más agradables puede ser un hogar mental; refugio.
Personalmente, perdí la guerra contra el hubiera hace muchos años porque encontré que el camino de regreso a los pensamientos reales y a las circunstancias del hoy se presentaban con más fuerza y crudeza de la que podía resistir. Entonces no me permito ningún hubiera; abrazo en cambio la realidad de los días en un esfuerzo por tener los pies en la tierra, la mente aterrizada, el cuerpo presente.
Para Dino Buzzati, gran maestro del cuento corto con historias profundas, el hubiera toma un camino distinto; uno literario por supuesto. Pero también uno humano que une los hubieras con los miedos y juntos crecen, toman fuerza, son un todo. Para el texto corto “¿Y si?”, Buzzati logra justamente esto, una pequeña gran alianza donde lo hipotético se respeta a tal grado porque ha sabido ser representado en lo humano de los anhelos que se quedaron en eso; probabilidades y deseos del alma.
El Dictador, cuyo nombre desconocemos, ha logrado el dominio de la tierra. Lo ha hecho con una carrera profesional impresionante. Tan grande y reconocido es en el mundo, que sin complicaciones ha dado por adecuado que “Todo Aquello Que Se Refería A Él En Adelante Se Escribiría O Diría Con Mayúsculas, Por El Tributo De Honor”. ¿Sus logros? Infinitos. En la música, en la medicina, en la economía, en la ciencia, en las artes militares, en la industria, en la exploración, en la poesía. Un ser humano modelo que ahora viejo caminaba con la satisfacción que le dio haber logrado todo en la vida. ¿Cuál es entonces su hubiera?
Su hubiera resultó en una visión femenina por la calle, acaso lo único que no tuvo en la vida porque su tiempo lo había dedicado a ser enorme. Grande el impacto y la sorpresa, cuando de un cuerpo arrugado y un semblante cansado, surgió todo el arrebato violento y frenético del amor, un primer enamoramiento que le resultaba irracional por improbable. ¿Y si lo hubiera sentido antes? Nada pudo hacer al respecto, se encontró débil, afligido por un amor que no experimentaría porque el tiempo lo llevaba en camino a su ocaso, y era demasiado tarde.