William Sierra/Mérida
Navegando en un mar de irregularidad, rallando en la mansedumbre en que los tuvo el dominicano Marlon Arias, Leones de Yucatán no ofreció mayor oposición ante Tigres de Quintana Roo que los humilló en el parque “Kukulcán Álamo”, al propinarles una lechada de 8-0, ante el desencanto de los aficionados.

En esta ocasión, ni Yoanner Negrín pudo evitar el debacle de los selváticos que cada vez ven más difícil acabar en el cuarto peldaño, en poder de los Bravos de León, cuando quedan dos series para acabar una primera vuelta para el olvido.

Anoche, Negrín no estuvo fino. De hecho, Rubén Sosa lo recibió con triple y luego siguió Héctor Guerrero con sencillo, siendo el inicio de un camino complicado a lo largo de seis episodios en los que toleró cuatro carreras más, con siete imparables.

Arias, por el contrario, hizo ver mal a los bateadores selváticos. Sólo dos le pudieron batear de jit, firmó tres pasaportes y anestesió a cuatro, en siete episodios. Raúl Barrón y Fabián Williamson terminaron de ejecutar a los reyes de la selva lanzando cada uno a un episodio.

Anoche simplemente fue un partido para el olvido, en el que se reflejó total desconcierto, de jugadas que no implicaban mayor apuro y que no pudieron realizar, de aparente falta de atención a la hora de captar la señal para batear con corredores en los senderos, y de golpeados -hubo cuatro, tres de ellos bengalíes-.

Los quintanarroenses se dedicaron a regar imparables por todo el terreno de juego, para darle forma a la victoria con par de registros en la cuarta, otras dos en la sexta y completaron la cuenta con tres más en la octava. Reflejo de este triste andar es el hecho de que, con esta, fue la serie número 12 que perdieron de 18 disputadas.

Dada las ausencias forzadas por lesiones de Luis Felipe Juárez, Héctor Hernández y Jonathan Jones, los tres receptores fueron empleados.

Sebastián Valle defendió la receptoría, Humberto Sosa, la inicial, y Kevin Zamudio jugó como designado.

Antes del partido hubo una breve ceremonia en honor al mítico Héctor Espino, que se efectuó de manera simultánea en todos los estadios de la Liga Mexicana de Beisbol. De hecho, todos los peloteros tuvieron en los dorsales el número 21 que portó el apodado “Supermán de Chihuahua”.

Para hoy, Leones tratará de enderezar un poco el rumbo al recibir a Piratas de Campeche, que anuncia al veterano Francisco Campos para abrir.