Wiliam Sierra/Mérida
Par de bombazos de esos que hacen brincar de sus asientos a los aficionados, primero de Sebastián Valle con la casa repleta, en la primera tanda, y luego, en la séptima, de Yeison Asencio de tres anotaciones, llevaron a Leones de Yucatán a una victoria sobre Tecolotes de los Dos Laredos, 7-3, asegurando la serie.

Fue un encuentro muy diferente al primero de la serie, de fuerte olor a pólvora, al grado que todas las anotaciones fueron por bambinazos. La victoria fue para César Valdez, con respaldo de un bullpen que da signos de mejoría.

Yucatán tuvo un arranque explosivo con el grand slam de Valle ante el yucateco Gerardo Gutiérrez (derrotado), pero luego fueron silenciados por Cesilio Pimentel. Fue hasta que salió éste cuando los selváticos volvieron a rugir recibiendo Asencio a Román Méndez con panorámico jonrón por todo el jardín central llevándose a Alex Valdez y Luis Felipe Juárez por delante.

Una amarga bienvenida fue la que tuvo el tekaxeño Gutiérrez, sacudido en serio por los selváticos y si solo permitió cuatro registros en su abreviada apertura de dos actos y un tercio, se debió a que en la segunda fue puesto fuera en el plato Alán López y por el látigo de su remplazo Pimentel que retiró los últimos dos tercios de la tercera, quedando las bases llenas.

Como bien dijo el mánager Luis Carlos Rivera en plática antes de comenzar la serie, el hubiera no existe, y es que esto viene como anillo al dedo cuando en la tercera, con un aut, el camarero Alán López pifió una rola de frente, ideal para una doble matanza.

La vida extra a los emplumados se pagó caro. Un swing de Dominic Brown enmudeció el parque al llevarse la barda izquierda colocando la pizarra, 4-3. Era apenas el primer incogible que admitía el dominicano Alex Valdez, pero qué batazo.

Ya no dio más libertades Valdez en las siguientes dos entradas y un tercio, aunque matemático tiro desde el bosque derecho de Yeison Asencio a Valle enfrió a Rudy Flores en el pentágono para acabar el cuarto episodio.

El derecho antillano completó su labor sirviendo siete chocolates y qué mejor prueba de su control que no firmó ningún pasaporte.

Manuel Chávez enfrentó a un bateador admitiendo jit, siendo llamado Kristian Prado que colgó las argollas de la sexta y séptima.

Ronald Belisario y Chad Gaudin, en orden, terminaron de firmar el éxito.