Los gobiernos son malos empresarios
Daniel Uicab Alonzo: Los gobiernos son malos empresarios.
Desde hace algunos años, pero con mayor énfasis en los meses y días recientes, el Ejército, una de las instituciones pilares del Estado mexicano –junto con la Armada– marcha a campo traviesa; son tiempos difíciles, de “coyuntura”, dicen los políticos, quienes han sobreexpuesto a las fuerzas armadas al asignarles una multiplicidad de funciones y responsabilidades, algunas totalmente ajenas a su esencia y a la formación de sus cuadros, lo que en algunos casos puede resultar un bumerán.
No se trata sólo de la ampliación del tiempo de su participación en tareas de seguridad pública –eso es lo que se requiere hoy y por algún tiempo, pese a que no se perciban los resultados–, aunque soldados y marinos prácticamente no tienen franquicia al cumplir varias encomiendas en sus bases y fuera de ellas, con meses y días sin tener el descanso y la tranquilidad que se encuentra en el hogar y con la familia, que también sufre las consecuencias. Porque las revelaciones recientes de un grupo de hackers, ampliamente difundidas en los medios y redes sociales, muestran sólo una faz del Ejército, que no desmerece el respecto del pueblo del que emana y que es su razón para servir a la patria desde la trinchera que se le ordene.
Lo que sí fue sorpresivo de esa información y que dejó de ser “top secret” y apuró una iniciativa encomendada a un diputado de Morena, es una propuesta de reformas a las leyes de Aviación Civil y de Aeropuertos, para que se le puedan otorgar concesiones para el servicio público de transporte aéreo a “empresas paraestatales”, incluida la participación de aeronaves de la Sedena y de la Marina. A mayor empoderamiento, mayor rechazo a la “militarización”, como ocurrió el pasado miércoles, mientras se debatía en la Cámara baja la reforma castrense.
Como suele decir un compañero columnista, para nadie es un secreto que el Gobierno, de cualquier nivel y partido, es un mal empresario, es decir, mal administrador, porque ignora (aun sabiéndolo) que el principal objetivo de una empresa es generar riqueza y a un político lo que menos le interesa es eso; para él ejercer un cargo es la oportunidad de mejorar su estatus económico y social, que además usa como trampolín para obtener el siguiente. Por eso, el columnista Antonio Sandoval (https://www. altonivel.com.mx) dice que “todas las empresas con sentido social creadas y administradas por los gobiernos federales del país han ido a la quiebra”.
Dígame si no es por ese motivo que paraestatales –no de ahorita, sino desde tiempo atrás– han arriado bandera después de fallidos rescates o siempre reportan en números rojos. Ejemplos: Fertimex, Telmex (adquirida por Slim), Productos Pesqueros Mexicanos, Conasupo, Ferrocarriles Nacionales, la CFE, Pemex (la eterna “caja chica”) y en este momento están cerrando en Yucatán y otras partes del país las tiendas del Issste y sus farmacias, por "pérdidas en su operatividad". Hace unas semanas se difundió que el Gobierno pretende cambiarles el nombre de Tiendas del Bienestar.
Pregunta: ¿también se los encomendarán al Ejército y a la Marina?
Anexo “1”
Hospital Naval en Progreso
Hablando de buenas obras, el Gobierno de Yucatán destinará el próximo años 50 millones de pesos para las obras del Hospital Naval que se construye en Progreso, con el que la Armada ampliará su capacidad de atención hospitalaria a sus integrantes y derechohabientes, extensivo a la población civil del puerto. En 2021 el gobierno estatal asignó 30 millones de pesos a la obra.
El anuncio lo hizo el gobernador Mauricio Vila Dosal en el marco de la LVIII Asamblea General Ordinaria de la Asociación de la Heroica Escuela Naval Militar, eventos que se realizaron en la ciudad de Mérida, con la presencia del subsecretario de Marina, almirante José Luis Arellano Ruiz, así como otros mandos de la Semar y de la VII Región Naval y autoridades civiles.
El nuevo hospital –que ya era urgente ante el crecimiento del estado de fuerza de la Armada en la entidad– beneficiará a más de ocho mil personas al contar con una capacidad de 30 camas, servicios básicos de ginecobstetricia, pediatría, medicina interna y cirugía general; otros de apoyo diagnóstico como laboratorio, rayos X, ultrasonido y mastografía. Al entrar en operación, este nosocomio ofrecerá servicios de urgencias y consulta externa de las citadas especialidades, además de quirófanos y área de hemodiálisis y una unidad de cuidados intensivos neonatales.
Soplan buenos vientos para la atención de la salud de la familia naval.