MÉRIDA, Yucatán.- Mañana martes se cumplen 64 años del reconocimiento al voto de la mujer en México, resultado de una lucha cívica que vio sus primeros brotes en Yucatán, considerado como la cuna del feminismo en Latinoamérica.

“Las mujeres ejercen más su derecho al voto que los hombres. Sin embargo, aún falta mucho camino por avanzar en la capacidad de ser electa”, opinó Dulce María Sauri Riancho, designada gobernadora interina de Yucatán en 1991.

El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular.

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Este decreto fue el producto de una larga lucha y sus primeros antecedentes exitosos datan de 1923, en Yucatán. La entidad reconoció el voto tanto municipal como estatal ese año, con tres mujeres electas para diputadas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce; además Rosa Torre fue electa para regidora en el ayuntamiento de Mérida.

Sin embargo, cuando el gobernador Felipe Carrillo Puerto murió asesinado en 1924, las cuatro tuvieron que dejar sus puestos.

Este año, como hemos publicado en una serie de reportajes, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado (Iepac) definió los criterios a los que se sujetarán los nueve partidos políticos en la selección de sus candidatos a presidentes municipales en las 106 localidades del estado y a diputados locales en los 15 distritos electorales, con base en la paridad de género.

La autoridad electoral dijo que cada partido político deberá sacar el porcentaje de mayor a menor votación que obtuvo en cada uno de los 106 ayuntamientos y en los 15 distritos electorales locales en la más reciente elección de 2015. Para el caso de presidentes municipales, cada instituto político clasificará la votación en tres bloques, es decir, el de más baja votación para el caso de los ayuntamientos agrupará 36 municipios; luego los de mediana votación que agrupará a 35 municipios, y por último a los de más alta votación que aglutinará a 35 municipios.

En ese entorno, Sauri Riancho, primera mujer en ocupar la gubernatura local, explicó que el voto tiene dos vertientes, es decir, el activo: la acción de ir a las urnas y depositar las boletas; y el pasivo: el ser electas a un cargo público.

“Hasta 1958  los presidentes de la república eran elegidos únicamente por votos de los hombres, fue en ese año cuando el presidente Adolfo López Mateos fue el candidato que triunfo en la elección por mayoría de votos de femeninos”, dijo. 

“A nivel nacional fui la tercera mujer que gobernó un estado, la primera fue Griselda Álvarez Ponce en 1979, la segunda es Beatriz Paredes 1990, y posteriormente yo en calidad de interina el 14 de febrero del 91. Había sido previamente diputada federal y candidata al senado de mayoría persona políticamente, tenía elementos y experiencia política, no sentí rechazo por el ser de mujer porque en esa ocasión entraba Ana Rosa Payán como presidenta municipal, además Ligia Cortés fungía como cabeza del Poder Judicial”, abundó.

Indicó que dicha situación dio pie a que se reflejara mayor participación de la mujer en la política, las cuales sin importar la edad pueden incursionar, lo que además poco a poco abrirá mayores espacios de participación a estos en este rubro.

La ex gobernadora dijo que lo importante es efectuar el efecto “dominó”, para que otras mujeres se decidan a contender por candidaturas y puestos de toma de decisiones.

Sauri Riancho agregó que durante su mandato, la resistencia masculina se hizo notable sobre todo en los prejuicios, en los que por ser mujer era considerada incapaz de tomar decisiones y debía recurrir a un hombre que le dijera que hacer, y el más próximo era su marido.

“Era el referente masculino, el cual todavía era muy fuerte, ahora con la renuncia de Margarita Zavala al PAN (Partido Acción Nacional) y presentarla como “marioneta” de su marido y las que no lo tenían le buscaban el referente masculino, que podía ser el papá, el hermano, amante o lo que fuera”, agregó.

Consideró que en los próximos años se debe registrar un cambio cultural, con actitud positiva, para tener mayores mujeres en el poder, ya sea en el ayuntamiento, congreso o al frente del estado.

“Las que participamos en el pasado, ayudamos a que en el 2012, 19 mujeres resultaran presidentas municipales, situación que se debió a que en ese momento el estado era encabezado por una mujer”, finalizó.