El sector pesquero reconoció estar temeroso respecto a las consecuencias que podría dejar la presencia de la marea roja en el Estado en pleno inicio de la temporada de pulpo, pues considera que podría paralizar la actividad, afectando principalmente al sector ribereño.

En entrevista con el empresario pesquero progreseño Daniel Zacarías Martínez, señaló que los riesgos respecto de la llegada de la macha de marea roja a las costas del Estado ya han comenzado a generar los primeros efectos, no solo con el arribo de especies muertas a las costas de Telchac puerto, como se ha observado en los últimos días, sino también con el impacto en la cantidad producto que están capturando las embarcaciones menores.

Según indicó el entrevistado, actualmente el pulpo tiene un precio estimado de 85 pesos en promedio. Consideró que el arribo de la marea roja al Estado significaría un golpe fuerte para la economía de los pescadores.

Zacarías Martínez indicó que los daños se estarían concentrando actualmente en las costas centro, Telchac y Progreso, pero considera que los efectos pudieran incluso llegar a la zona poniente, en Sisal y Celestún, lo que paralizaría gran parte de la actividad pesquera.

Por su parte, Ana Frías, Secretaria del Consejo de Administración de la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras, señaló que las afectaciones al sector pesquero ribereño se cuantifican actualmente como totales en el tema del pulpo, langosta, camarón y escama, debido a que desde hace dos meses, desde la aparición y reporte de los manchones de marea roja frente a las costas del Estado, se ha tenido disminuciones evidentes en la capacidad de pesca en la región, considerando que la llegada de los manchones a las playas impactaría de forma directa la pesquería de langosta y pulpo, en general.

Ana María Frías dijo que ayer recorrieron en lancha la zona, indicando que ya existen manchones de agua roja pegados a las playas. Por ello, coincidió con Daniel Zacarías en que lo único que les resta es esperar para que dicho fenómeno transcurra de forma pasajera y que un mal clima o los vientos y mareas terminen alejándola o, incluso, disipándola.

Se recordó que la última afectación por marea roja importante en el Estado se registró hace aproximadamente siete años, que persistió en las costas por más de tres meses.

Si bien la actividad ribereña se vería disminuida, se estima que los daños no podrían cuantificarse en un 100% de afectación, ya que los barcos de altura y mediana altura tienen la posibilidad de adentrarse en altamar, lo que esperan permita poder librar la mancha y con ello seguir produciendo durante el tiempo que duren los efectos de la misma.

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