Medio ambiente y paz

Rigoberta Menchú, en un acto realizado al pie del Monumento a la Patria, pidió a la Tierra: “Perdón por ensuciarla, perdón por no cuidarla, perdón por destruirla”.

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Ayer por la tarde terminó la 17 Cumbre de Premios Nobel de la Paz, en la que se puede decir que hubo de todo: 30 laureados, cientos de activistas de todo el mundo y hasta quienes buscaban conocer de cerca a los que han tenido el privilegio de recibir dicha distinción mundial.

También dentro de esta cumbre estuvo muy presente el tema del medio ambiente, el cual fue tomado como un asunto de paz con y entre las personas y paz con nuestro medio ambiente.
Una de personalidades que enarboló la bandera del respeto al medio ambiente fue la guatemalteca Rigoberta Menchú, quien en un acto realizado al pie del Monumento a la Patria, con flores en la mano y frente a cientos de jóvenes y no jóvenes, pidió a la Tierra: “Perdón por ensuciarla, perdón por no cuidarla, perdón por destruirla”.

La premio Nobel de la Paz 1992 fue figura central de la protesta organizada en Mérida en el marco de la huelga mundial contra el cambio climático. Con una gorra negra para protegerse del intenso sol y soportando un calor sofocante Menchú ofició la llamada ceremonia del sagrado fuego, que los mayas celebran cada 20 días para “pedir perdón a la Madre Tierra”.

Junto a ella estuvieron otros diez Nobel de la Paz que la seguían en silencio y un grupo de jóvenes que la miraba con admiración.

Los muchachos no daban crédito al ver a estas grandes personalidades mundiales frente a ellos, escuchándolos, coreando protestas de lucha en favor de la Madre Tierra, a la vez que se podía leer un cartel con un mensaje para los líderes globales: “La Tierra no es un gran simulacro”.

Entre los participantes estuvieron Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia; Lech Wałesa, ex presidente de Polonia; el ex primer ministro irlandés David Trimble; Kailash Satyarthi, activista indio por los derechos de los niños; la jurista iraní Shirin Ebadi; las activistas yemení Tawakkul Karman y de Liberia Leymah Gbowee y la catedrática estadounidense Jody Williams, encargada de movilizar a sus colegas del Nobel hasta el emblemático monumento.

Cada uno leyó un párrafo de un manifiesto en el que pidieron a los líderes mundiales mantener un mayor compromiso a favor del planeta. “Nos unimos al llamado para terminar con la era de los combustibles fósiles y exigir justicia climática para todos”, dijo Santos, quien habló fuerte y claro;

“Estoy muy orgulloso de los jóvenes que están haciendo un gran trabajo para defender al planeta y tratar de detener el cambio climático, veo con gusto que si siguen así tendrán un gran futuro, pues en la lucha en favor de nuestra gran casa el planeta tierra son ustedes, los jóvenes, quienes nos dan fuerza para seguir levantando la voz”.

Consideré importante plasmar en este Caleidoscopio esta gran vivencia, ya que me da sentido para seguir escribiendo y describiendo lo importante de tomar acciones para detener y frenar el daño severo que le estamos causando a nuestro hogar natural, el planeta tierra. Un abrazo y nos leemos la próxima semana.

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