Nalleli Calderón/Mérida
“El deterioro del espacio público se vincula al de la cultura y de la sociedad, no solo en el país sino en toda América Latina”, aseguró el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Luis Alfonso Ramírez Carrillo.

Explicó que la herencia de la época de la Colonia y de la Iglesia Católica generaron una sociedad subordinada, dependiente y clientelar, que espera que alguien llegue y mejore el barrio o la vivienda, si eso no sucede, las personas no hacen nada, ni siquiera recoger la basura.

Hay una cultura subordinada de la que la sociedad no se ha librado, muestra de ello son las condiciones en las que se vive la pobreza, y por otro lado, el descuido por parte del gobierno de los grupos sociales más necesitados.

En el caso de Mérida, indicó, se considera como una de las ciudades con un Centro Histórico de los más extensos del país; es enorme y, por consecuencia, es de difícil y costosa recuperación.

“Prácticamente desde el 82, poco antes de la salida de la presidencia de López Portillo, cuando se decreta que la ciudad tiene un Centro Histórico de estas dimensiones, vuelve histórica a toda la Mérida existente hasta ese momento, lo que hizo difícil cualquier proceso de recuperación”, aseveró.

La extensión territorial del Centro Histórico de la ciudad hace que su recuperación y reconstrucción total sea casi imposible, en consecuencia, se hace una lógica distinta enfocada en darle vida económica, cultural y poblarlo.

Ramírez Carrillo detalló que el Centro Histórico cuenta con decenas de manzanas con construcciones impresionantes que tienen entre uno y dos siglos en estado de deterioro permanente y que no se han podido rescatar.

También hay cientos de bodegas, debido a que son casas que fueron compradas para convertirlas en eso, además de varias vecindades.

“Los barrios alrededor del Centro Histórico fueron zonas comerciales y residenciales de éxito en distintas etapas de Mérida, actualmente están en deterioro”, indicó.