Estar en China es un mundo diferente: José Luis Loría

Asiste el pintor al programa radiofónico 'Salvemos Una Vida', donde relató su recorrido; asegura que se metió a la realidad de sus habitantes.

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Esperanza Nieto, el invitado José Luis Loría y Jorge Barrera. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El pintor José Luis Loría Méndez, compartió en el programa Salvemos Una Vida la experiencia de su viaje a China, donde estableció relaciones diplomáticas y culturales para presentar su obra en ese país asiático el año entrante. 

De manera complementaria, en el mismo año en Mérida, adelantó que se montará una exposición de fotografías que relatan visualmente su estancia de un mes en dicha nación. 

En la emisión de ayer, conducida por Esperanza Nieto y Jorge Barrera, el artista narró los resultados de cuatro años de planeación meticulosa que derivaron en experiencias enriquecedoras y un éxito de la misión, en la que logró que representantes de las altas esferas de la sociedad de la República Popular China se interesen en el quehacer artístico que se crea desde Yucatán. 

Talento y tenacidad, fueron los dos elementos que caracterizaron esta empresa de José Luis Loría, quien viajó con parte de su colección de dibujos de gatos en gran formato titulado “La Cofradía de los Ojos” y de la serie Pitahaya, con el pleno conocimiento de la afinidad que tienen los chinos con los felinos y la fruta que ya consideran propia. En total el artista llevó 60 piezas (40 gatos y 20 de pitahayas).

“Viajar es un asunto que requiere de preparación, es un asunto que requiere de lectura, pero sobre todas las cosas de mucha fe, si no hay fe, el viaje se puede volver cualquier cosa, menos un viaje. Desde muy pequeño tuve la fortuna de estar en las sobremesas en casa de mi abuelo y escuchar de esos viajes… posteriormente, con la educación que recibí de los norteamericanos, en el Colegio Americano, donde tuve tiempos de lecturas en los que escuchábamos los grandes viajes con las maestras de historia y geografía, como los que realizó Marco Polo. Luego estudiando la preparatoria y la universidad en la Ciudad de México, conocí gente que influyeron en mi vida y eran grandes viajeros, es ahí donde inician los viajes en mi vida, desde 1969 me fui por primera vez a Europa, luego de recorrerla me fui al Medio Oriente, voy tomando rumbo para lo que ha desembocado en este último viaje”, recordó Loría.

En su viaje le asombró una frase en chino, que es fácilmente aplicada también en la cultura occidental: “Cuando vas a Roma, haz como los romanos” , fue así como penetró en el pueblo chino hasta ser parte de ellos, en un recorrido propio y alejado de lo que representa un viaje turístico.

“Lo que más impactó dentro de mi ser, es haber tenido la oportunidad de descubrir al pueblo con mayor población mundial"

“Recorrí la jungla del sureste asiático, atravesé bosques y montañas, Guangzhou; la planicie tibetana de los Himalayas, toqué el desierto de Gobi, seguí las estepas hasta Ürümuqi que está en la frontera norte de China, Mongolia, Rusia y Kazajistán. Observé en el camino caravanas de camellos, plantaciones de miles y miles de kilómetros de maíz cosechado sobre la superficie”, narra retomando el asombro que sintió cuando estuvo ante esos paisajes.

Apuntó que durante su recorrido, además de su compañero fotógrafo R.C. y él, no tuvieron contacto con ningún occidental y concidieron en su visita con la semana más larga de vacaciones de los chinos, en la que de 500 a 600 millones de personas abarrotaron las líneas de ferrocarril.

“En ese sentido nunca visité lugares turísticos, sólo me metí en la realidad china en cuatro fases que denominé: entrando a la boca del dragón, estómago del dragón, intestino del dragón y en la salida, por los dedos, que tiene la perla del tesoro del dragón.  Al segundo día que llegué presenté mi obra, con ayuda de la representación diplomática de José Limas Gutiérrez, cónsul general de México en Guangzhou, quien me facilitó transportación oficial para la obra. La presentación fue en el museo de arte de esa ciudad, uno de los más grandes del sur de China, allí se agendaron las exposiciones del próximo año, sobre todo porque el consulado de México cumple 10 años de haberse abierto y se le dará relevancia a esta efeméride”, abundó.

El pintor reveló que este viaje fue posible por la inspiración de dos mujeres importantes de su vida, sus amigas Adela Canales Sariñana y Angélica Miner de Gamboa, con quien intercambiaba literatura, hablaban de la cultura china y fueron fuente de inspiración.

“No hay nada que pueda hacer un hombre sin el apoyo de una mujer, en cualquier circunstancia”, agregó.

Reflexionó que estar en China es estar en un mundo diferente, considera que la mentalidad de la sociedad de ese país es un “Andy Warhol” (máximo exponentes del pop art) para su visión de artista. 

“No importa cuántas veces se vea el arte chino, éste siempre tiene un patrón y medida, en cambio la elegancia siempre tiene que mostrar algo nuevo. El arte chino es siempre bello, pero con el tiempo se hace algo normal y la elegancia es como ducharse, no importa que sea diario, pero diario se siente fresco. Cuando estoy frente al arte de China, me doy cuenta que su arte es como si fuera de otro planeta, lo mismo le sucede cuando se enfrentan con el arte de acá como un jeroglífico maya. Mucho de lo que vi tiene solamente 25 años, tengo la impresión de que están sacrificando su cultura por amor al dinero”, añadió.

En este contexto apuntó que desde los años 80 comenzó una remodelación del país y prueba “del reemplazo de lo viejo”, es que hay pocos sitios patrimonios de la humanidad. 

“Lo que más impactó dentro de mi ser, es haber tenido la oportunidad de descubrir al pueblo con mayor población mundial y su disposición hacia la paz, estoy convencido que el pueblo chino es amante de la paz, estoy convencido que la paz y la seguridad mundial, en gran medida depende de China. Es un organismo vivo que se puede interpretar con tres palabras: rápido, lento y numeroso, no se puede concebir China sin números, es imposible para una mente occidental entender a este país si no se tiene en la mente el manejo de cifras; China es rápido porque están en este momento construyendo propiamente un planeta dentro del planeta, y es lento porque cinco mil años de imperialismo no se pueden desaparecer en una centuria, las tradiciones chinas perduran y siguen vigentes”, concluyó. 

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