No es tu suerte… eres tú
Juan Manuel González: No es tu suerte… eres tú
¿Cuántas veces hemos escuchado que alguien comente? ¡Qué suerte tiene esa persona! Esta expresión es muy utilizada por las personas que no tienen ni la menor idea de lo que te costó llegar hasta donde estás. Porque nadie cumple una meta o un sueño por mera casualidad, siempre será por causalidad. Esto es como el famoso ejemplo de la punta del iceberg, que es simplemente lo que se asoma en el mar, pero no sabes cuánto hay sumergido dentro que tú no alcanzas a ver, y lo que determina el tamaño del mismo, es el conjunto de todo lo que ves en la superficie más lo que trae por dentro.
Hay muchas cosas que la gente llama suerte, que no necesariamente lo son, pero me gustaría compartirte las que creo más importantes. Aquí 5 cosas que la gente confunde con suerte, al momento de cumplir una meta o lograr ser alguien exitoso:
- Tu disciplina: Si bien lo pongo primero en la lista, la disciplina me parece la parte más importante de todas con las que cuentas para el cumplimiento de metas. Esa insistencia, consistencia y esfuerzo que le dedicaste a caminar por la ruta trazada para llegar a tu objetivo, es lo que hace la diferencia entre conseguirlo y que solo se quede en la mente como una idea vaga sin cumplir.
- Tu superación al miedo: Claro que en la inmensa mayoría de los casos la gente siente y tiene miedo, no solo a trazar el plan de acción para cumplir las metas, sino también al accionarlo en sí, pues obvio requiere de lo que hemos mencionado con anterioridad y, adicionalmente, la interrogante de si lograrás lo que te propones y las inseguridades, no ayudan.
- Tu experiencia: Entiéndase como experiencia aquella aplicación de lo aprendido en el transcurso de tu vida y que fuiste capaz de adaptar al momento, evento y lugar perfectos hasta conseguir lo que te proponías. La implementación de tu aprendizaje de vida, ayuda mucho para lograr tus objetivos, porque al final se trata de sumar y luego multiplicar.
- Tu sacrificio: Difícil que puedas lograr algo que sea para ti muy importante, sin que te haya costado algo de sacrificio. Cualquier meta en la vida requiere sacrificio de tiempo, esfuerzo, dinero, alguna otra cosa, pero trae consigo este costo de sacrificar algo por el cumplimiento de la meta.
- Tu actitud: Y por último y no menos importante, la actitud, que no es cuestión de suerte, es cuestión de decisión, TU DECISIÓN. La actitud puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. No permitas que la “mala suerte” te gane.