“No fui yo quien eligió a Dios, sino Él quien me eligió a mí”
Mons. Fermín Sosa Rodríguez, nuncio apostólico en Papúa Nueva Guinea, celebrará 25 años de ordenación sacerdotal.
El nuncio apostólico en Papúa Nueva Guinea, monseñor Fermín Sosa Rodríguez, cumple 25 años de ordenación sacerdotal el próximo 12 de julio y lo conmemorará en Yucatán con varias celebraciones eucarísticas.
Hace unos días, el obispo yucateco, quien afirma: “no fui yo quien eligió a Dios, sino Él quien me eligió a mí”, llegó a la ciudad a pasar sus vacaciones en compañía de familiares y amigos.
En entrevista con Novedades Yucatán, dijo que el jueves 13 de julio, a partir de las ocho de la noche, en el Club Libanes se ofrecerá una cena, con una colaboración para solventar gastos.
“El equipo coordinador me comentó que quedaban pocos lugares, esperan aproximadamente 500 personas a este encuentro donde podremos departir y convivir en el marco de mis 25 años dedicados al servicio de Dios, de la Iiglesia Católica y de la sociedad”, señaló el prelado.
Agregó que el viernes 14, a las siete de la noche oficiará una misa donde él será el celebrante principal y concelebrarán el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega; el arzobispo emérito, Emilio Carlos Berlie Belauzarán; el nuncio apostólico en Tanzania, monseñor Angelo Accattino, y los obispo auxiliares de Yucatán, Pedro Sergio de Jesús Mena Díaz y Mario Medina Balam.
Precisó que, como la misa se realizará el viernes, muchos integrantes del clero salen de viaje, por ello el lunes 17, a las 11 de la mañana, en la iglesia de María Inmaculada, se llevará a cabo otra ceremonia para que participen. Un día antes, el domingo 16, a las 12 del día, en el templo de San Antonio de Padua de Izamal, Santuario de Patrona de Yucatán, Mons. Fermín ofrecerá otra misa.
La familia y la amistad
“Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los amigos por el apoyo que me han brindado. Siento que en la familia y en la amistad es donde Dios manifiesta su amor; es través de los amigos que uno siente el apoyo y la motivación para seguir adelante, por eso le doy gracias a Dios que me ha dado muchos y muy buenos amigos”, indicó.
El Nuncio Apostólico en Papúa Nueva Guinea recordó que hace 25 años inició su andar como sacerdote enfrentando los retos de conocer diferentes culturas, ya que desde que fue ordenado salió de Yucatán y la primera realidad que conoció, después de México, fue la europea, en Roma.
“Una vez que llegas ahí el reto es sobrevivir, porque la Diócesis no paga mis estudios, yo tengo que solventarlos los gastos del colegio, de la residencia, alimentación, comprar todo lo que requieres para ir a la universidad, pero como digo, Dios es generoso y su providencia siempre llega.
“Siendo sacerdote pude ir a alguna parroquia para que me ayudaran, fue el primer reto al que me enfrenté. Llegue a Roma con poco dinero y me fui con cambio”, expresó.
Aseguró que en los cuatro años que estuvo en El Vaticano estudiando, la providencia de Dios siempre lo acompañó, pero afirma que ésta no viene del cielo, sino a través de los amigos y de la familia, de tal suerte que, con el apoyo moral, espiritual y económico pudo solventar sus estudios, “esos retos encontré al inicio”.
“Después me mandaron a Papúa Nueva Guinea, ahí es otro mundo, pero ir conociendo lo que hacen y estar cerca de la gente va cambiando tu percepción, vas con miedos y luego te das cuenta que son infundados; llegas predispuesto, pero al ver la realidad, diferente, difícil, que no es fácil, ves que es interesante, te llama la atención y empiezas a aprender de ellos. Lo mismo me sucedió en África, después en Estados Unidos y Canadá fue diferente porque es una cultura cercana a nosotros”, comentó monseñor Fermín.
Agregó que nadie sabe a dónde llegará cuando sea grande, pero cuando están en el Seminario ven que existe la posibilidad de poder servir en el ámbito diplomático, pero a pesar de ello nunca imaginó que sería invitado para este servicio de la Iglesia, es decir, ser Nuncio Apostólico.