Ana Hernández/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- La falta de leyes estatales y reglamentos municipales en el rubro limita el combate de la piratería, porque el respeto a la autonomía de los estados y los municipios no permite que las autoridades federales procedan como se debería, pese a que es evidente la presencia de comercios que llevan tiempo vendiendo material apócrifo, señaló el delegado regional del Instituto Mexicano de Protección Intelectual (IMPI), Jesús Vega Herrera.

A pesar de que en 2014 se emitió un acuerdo nacional en el cual se señala que el combate al comercio ilegal es una de las prioridades de las instituciones federales, estatales y municipales, es un hecho que hasta este momento ninguna entidad o ayuntamiento ha realizado cambios en sus normas para hacer acciones efectivas contra la venta de productos piratas, mientras que es evidente la venta de discos y videos apócrifos, así como calzado y ropa.

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Los artículos de belleza, ropa y calzado ocupan el primer lugar en el comercio ilegal e incluso se pretenden introducir al país de manera irregular y en grande volúmenes, señaló el delegado del IMPI.

En entrevista con Milenio Novedades el delegado regional del IMPI, comentó que la mejor defensa de los derechos es actuar, denunciar a quién o dónde venden piratería, ya que eso ayuda a proteger el uso de una marca registrada sin autorización, hacerlo es impedir que se “normalice la ilegalidad”.

“Sabemos por la American Chamber of Commerce por datos de ONGs que el crimen organizado es el que realiza la producción de discos y software piratas, de venta de maquinitas y de productos apócrifos que ingresan al país”.

“Como yucatecos tenemos que tenerlo en mente porque cuando podemos saber que no son productos originales, lo que estamos haciendo es defender lo nuestro, lo local, lo nacional y estamos contribuyendo a tener una economía formal que genera mejores condiciones de vida”, dijo.

Reiteró que de ahí la importancia de registrar la marca y defender el patrimonio, pues comprar piratería es financiar al crimen organizado, quien vende esos productos.