Notas de guerra
El Poder de la Pluma.
Otra semana y la guerra continúa, el enemigo ha ganado terreno en diversos países mientras que México resiste gracias a los conscientes que suspendieron labores para evitar el bombardeo del atroz coronavirus.
El presidente, por presión, ha pedido que nos quedemos en casa; ya se empiezan a fortalecer las medidas y los aliados de China envían apoyo al ejército blanco de nuestro país liderado por el personal de la salud. Pero aún no se puede cantar victoria, pues en los cuarteles del ejército, ahora conocidos como hospitales, la tensión ha subido.
Nuestros compañeros se van contagiando y para colmo hay bajas que duelen al alma y desgarran tanto como mirar a las enfermeras llegar en ropa de civil porque el camión no les da parada y si lo hacen les echan cloro. La discriminación al personal de salud está que arde como si fuéramos covidandantes… están equivocados. Duele saber que estamos en la primera línea de defensa y no recibimos apoyo, unos dicen "es su trabajo", "de eso hacen dinero", pero no miran que quienes se enfrentan al enemigo somos los peones, los médicos nuevos, los que menos ganan, las enfermeras, los intendentes. Duele exponer tu vida y el miedo de contagiar a tu familia y que el favor no sea devuelto.
Todavía no estamos seguros, debemos permanecer firmes guardando sana distancia, clave para el fin de la guerra. En dos semanas, según las estadísticas, podremos saber si saldremos adelante o si sucumbiremos como italianos y americanos. Es momento para hacer las cosas diferentes, urge el cierre de fronteras y si el gobierno federal no lo quiere hacer, que el gobernador de Yucatán clausure aeropuertos y carreteras, incluso las locales. Unos dicen que no se debe pues violaría el derecho a la libertad de tránsito, pero olvidan que también tenemos derecho a la salud y que eso queda sobre cualquier cosa. Es nuestro tiempo de elegir si seremos pacientes dos semanas o quizá un poco más esperando en casa o si seremos pacientes de un hospital con un ventilador, dos tipos de pacientes muy diferentes. Si se disminuye la transmisión local y se frena la exportada, en dos semanas la guerra estaría ganada.
Por otra parte, quedan nuestros padres y abuelos que no quieren acatar las reglas, que quieren salir de casa. Les recuerdo que cuando éramos adolescentes y queríamos salir de fiesta, nuestros papás que podían medir el peligro nos negaban esas salidas; ahora es momento de devolver ese mágico favor. No todos entienden por qué no hay que salir. Resistamos, tengamos fe, luchemos desde nuestra trinchera, en casa, no cedamos al pánico, para ello creé el siguiente test para sospechar si tenemos Covid o nuestra mente nos engaña:
1-¿En los últimos 7 días has presentado el inicio de tos, temperatura de 37.8°C o más y/o dolor de cabeza (no migraña)? Si tienes dos o más, pasa a la siguiente pregunta, si no, no tienes Covid.
2-¿Presentas dificultad para respirar, dolor torácico, al tragar, muscular o articular; escurrimiento nasal, conjuntivitis y/o diarrea? Si respondes sí a uno, puedes ser un caso sospechoso, llama a tu médico, al 800 YUCATAN o envía un whats al 9992008489 para recibir orientación, pero no salgas de casa.