Si tienes entre 30 y 45 años, y no puedes negarle algo a tu hijo: eres un padre malvavisco
Comportamiento blando podría ser perjudicial para el niño
MÉRIDA, Yuc.- Una nueva tendencia está surgiendo entre los adultos de 30 a 45 años que tienen hijos, la cual involucra la falta de jerarquía en casa y por ello se ha denominado la generación de padres malvavisco.
De acuerdo a la psicóloga Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (Ceepi), este tipo de padres tiene un comportamiento blando y en extremo flexible con sus hijos, lo que los lleva a parecerse a un malvavisco y perder la autoridad en casa.
Según lo detalla Sotelo, este tipo de padres suelen ser profesionistas que trabajan y pasan poco tiempo con sus hijos, por lo que buscan complacer este tiempo perdido sin establecer una disciplina.
La complacencia va desde pequeños mimos hasta ceder a situaciones como caprichos de los menores por más absurdos que sean.
Como estos papás no toleran el sufrimiento de sus hijos, si estos tienen un mal comportamiento, no responsabilizan al menor, sino a quienes los cuidan.
“Estos padres tienen miedo al sufrimiento del niño y todo lo negocian siendo permisivos”, detalla Sotelo en una entrevista para Excélsior.
Daño al infante
El daño que los padres malvavisco le causan a sus hijos es que al faltar un sentido de disciplina, el niño sale a la sociedad sin tener un sentido de respeto y obediencia hacia nadie.
También, harán que sus hijos tengan poca tolerancia a la frustración, pues al no tener una negativa en casa, cuando un maestro o una persona ajena a su familia quiera corregirlo, el niño no sabrá cómo comportarse al respecto.
“Hay que poner atención: si de los tres a los ocho años el berrinche es su forma de comunicación, ya estamos hablando de un foco rojo”.
¿Qué hacer para dejar de ser este tipo de padre?
Si los padres malvavisco tienen a un hijo consentido antes de los 8 años, tendrán a un adolescente problemático a partir de los 10 años.
Cambiar las formas de comportamiento y relaciones entre familia, así como aprender a poner límites y restablecer la jerarquía familiar es fundamental para el bienestar de la familia.
Asimismo, se debe establecer comunicación y recurrir, en caso de que sea necesario, con especialistas para recibir asesoramiento psicológico.
“No se trata de ser autoritarios ni de imponer, se trata de ser una figura de autoridad siendo padres comprensivos y flexibles, sin afectar al niño”, finalizó la especialista.
Con información de Excélsior