'No puedo beber, no puedo apostar, ¿cómo me divierto?'

Tras los cierres, clientes de casinos en Mérida jugaron al ratón loco buscando uno que estuviera funcionando.

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Tras los cierres de casinos, los clientes permanecieron algunos minutos afuera decidiendo a qué lugar irían a divertirse. (Luis Pérez/SIPSE)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La presencia de los elementos de la Secretaría de Marina a las puertas del Casino Life y el Golden Island no amedrentó a los jugadores, quienes no dudaron en estacionarse y entrar a jugar, pero esta vez la situación fue diferente, estaban cerrados, ya que fueron clausurados.

Los apostadores llegaban solos, en parejas o en grupos para encontrarse y luego percatarse que esta vez la Marina estaba en posición de custodia, que no había ni valet parking, que las puertas estaban cerradas y nadie sabía cuándo volverían a abrirse.

En los casinos cerrados, los jugadores expresaban su malestar, algunos porque ya habían recorrido varios sitios y todos estaban cerrados y otros porque los acaban de sacar por el propio personal del lugar sin conocer la causa exacta. Ellos sólo sabían que era quincena y que no podían acceder a la única forma de esparcimiento que acostumbran.

A las puertas del Casino Life, luego de encontrar el lugar cerrado, los jugadores se concentraron en una esquina en grupos de ocho a 10 personas, preguntándose si sabían la causa, especulando y tratando de saber qué hacer. Al único que le abrieron las puertas fue a un anciano que llegó a recoger una silla de ruedas.

“Y ahora qué, me iré a beber”, dijo un hombre, pero de inmediato le comentaron que no era buena idea porque había alcoholímetros. “O sea, no puedo apostar, no puedo beber, ¿cómo me puedo divertir?”, se preguntó.

Las "maquinitas", su salvación

Algunos señalaron que sólo les quedaría acudir a las máquinas de moneda que funcionan con un peso en las esquinas.

En el estacionamiento del Casino Mega Jackspot un grupo de cinco mujeres discutía qué hacer, pues acababan de sacarlas de “La Cima”, ubicado en una plaza del oriente de la ciudad, así que fueron a aquél y se encontraron con que estaba cerrado con un letrero que decía era por “mantenimiento”.

“Están cerrando todos ¿por qué?”, preguntaban a conocidos y extraños sin saber la causa exacta, al enterarse que estaba abierto el Juega Juega, mostraron su escepticismo. Una anciana que iba con ellas les dijo que fueran y estaba dispuesta a cooperar para la gasolina. Aún así se quedaron un rato pensando qué hacer.

En el Winpot, ubicado en una plaza del poniente de Mérida, la versión que supuestamente dio una mujer se repetía entre los que llegaban y encontraban el lugar cerrado: “El gerente lo cerró para evitar la pena de tener que sacar a los jugadores y trabajadores si llegaban los de Hacienda y el Ejército para hacerlo”.

Lo único cierto ayer fue que el casino Juega Juega vivió uno de sus mejores días, porque no sólo recibió a sus clientes habituales, sino también a los de todos los demás que cerraron.

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