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¿Te has preguntado cómo se escucha el silencio? Y si tal vez eres apasionado de la reflexión como yo, ¿cuándo fue la última vez que lo escuchaste?:

A veces me pierdo en el sonido del silencio de
mi interior. Bloqueo totalmente a los ruidos
innecesarios y sólo me escucho a mí. A mi voz.
Esa voz que a veces me vuelve loca, pero otras
tantas dicen que todo estará bien.

Mi silencio sabe a café, dulce e intenso,
amargo en ocasiones. Se siente como gotas
de agua caliente que me reconfortan después
de un día difícil y recorren mi piel, completa.
Mi silencio huele a rosas, vainilla y ámbar,
huele a elegancia y a rebeldía.

Se ve como la oscuridad de la noche y en mi
silencio se habla con miradas.

El silencio te envuelve, a veces te aprisiona,
te consume, te conmueve, te devora.

Esa noche que te fuiste, el silencio me
masticó y me escupió renovada.

Y hoy, mi silencio es mi calma.

En la actualidad vivimos envueltos en ruido mental y rodeados por un bullicio externo que nos dificulta escucharnos y lograr una comunicación con nosotros mismos y muchas veces tenemos que pasar por eventos que nos impacten para poner un alto a ese escándalo y por fin, escucharnos.

Nuestro silencio es tan importante como la comunicación que tenemos con las demás personas.

En ese silencio podremos escuchar quiénes somos realmente y qué es lo que anhelamos y lo que no queremos para nuestra vida.

En este mundo lleno de ansiedad y prisas tenemos que aprender a escuchar el silencio de nuestro interior y así sortear las voces que nos gritan desde afuera falacias de lo que necesitamos, queremos y somos.

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