|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Es indudable que la generación actual vive mucho más rápido; se preocupa más por lo material y menos por su salud. En comentarios previos hemos insistido en que los problemas que antes eran privativos del adulto mayor, ahora los vemos destruyendo a gente mucho antes de llegar a los 40 años, llámese cáncer. Infarto o automutilaciones entre varios.

La proliferación de hábitos como consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y sal, tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo y otros cambios del modo de vida, relacionadas con la urbanización y la industrialización aceleradas, han dado lugar al aumento progresivo de las enfermedades crónico-degenerativas.

Las enfermedades del corazón, desde 1978, ocupan uno de los primeros lugares como causa de muerte en el país. El cáncer, las enfermedades cerebrovasculares, la cirrosis hepática y la diabetes mellitus, se encuentran ubicadas entre las diez principales causas de mortalidad en Yucatán.

Es un hecho que la cobertura de las instituciones de seguridad social es insuficiente, solamente 39.6% de los hombres y 40.7% de las mujeres tienen acceso a los servicios de salud. Sin embargo, la situación se agudiza en estados como Chiapas, donde apenas 17.3% de los hombres y 17.9 de las mujeres tienen derecho a los servicios de seguridad social.

El empleo formal, y el descuido en cuanto a información docta y masiva con fines preventivos, son facturas pendientes. Ante la incapacidad demostrada por la Federación y el estado, para crear empleos y por ende dar cobijo en cuanto a salud se refiere; fue necesario apuntalar y rescatar el maltrecho Insabi.

De esta manera, parte del grupo poblacional productivo, inmerso en la informalidad, tienen la oportunidad de beneficiarse con este sistema. Si bien, el paquete básico de servicios e insumos aún es pequeño ,les permitirá cubrir la mayoría de los problemas del primero y parte segundo nivel de atención.

Sin embargo, destaco un fenómeno que se está presentando sin freno, y me refiero a la falta de especialistas en los centros hospitalarios cuya estancia se acorta ante la falta de alicientes laborales e “ingente” cantidad de trabajo. La productividad institucional se ve reducida a números, que allende para los administrativos la calidad, eficiencia y satisfacción del doliente.

No considero descabellado retomar otrora proyecto de la Medicina Integrada cuyo concepto en el área de la salud, fue abandonada y dentro de la cual los médicos se encargaban de prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar a los pacientes con enfermedades crónico degenerativas y de ser necesario vincularlas con los especialistas de segundo nivel (precisamente donde actualmente los peligros operativos son la constante). La ambición insana para quienes la vida es lo de menos y los números lo demás, son paradigma a romper.

Aun empieza este sexenio, y en el camino andamos, con la esperanza de retomar la salud como valioso activo.   

skeleton





skeleton