Otro reconocimiento a las mujeres

Daniel Uicab Alonzo: Otro reconocimiento a las mujeres.

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Inmersos en múltiples problemas del país y el mundo (ya no hay fronteras en el mundo globalizado), pasó casi desapercibido el primer Día Internacional de la Mujer en el Sector Marítimo, el pasado 18 de mayo, que tiene por objetivo destacar y celebrar los logros de las mujeres en este ámbito e identificar áreas de mejora para lograr un equilibrio de género. Apenas el año pasado la Asamblea de la Organización Marítima Internacional (OMI) adoptó la resolución por la que se proclama esta conmemoración, cuando ellas ya tenían varias décadas de travesía en buques de la Armada o de la Mercante, o en dependencias en tierra contribuyendo al desarrollo de sus países.

La conmemoración también tiene como objetivo promover la contratación, la permanencia y el empleo sostenido de las mujeres y promover su perfil en el sector marítimo, donde desde años llevan el timón en cargos de relevancia, particularmente en otros países y también en el nuestro, donde, por ejemplo, la capitana de altura Ana Laura López Bautista es coordinadora general de Puertos y Marina Mercante; además, hemos comentado que egresadas de la H. Escuela Naval ya subieron al puente de mando y siguen escalando posiciones en campos que históricamente fueron de hombres.

Pero no hay que perder de vista que esta efeméride –que tuvo como lema “Empoderando a la mujer en la comunidad marítima”– busca alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la ONU respecto a la igualdad de género, y estas acciones cobran relevancia cuando, a pesar de tantas leyes y políticas públicas, las mujeres de todo el mundo siguen siendo vulneradas desde el hogar hasta en su entorno laboral.

Desde hace años la OMI ha venido haciendo la tarea para lograr la visibilidad de las mujeres en un sector dominado por los hombres y cuya tradición está aún muy arraigada; muestra de ello es el video “Mujeres al Timón”, que destaca algunas experiencias de quienes han desplegado sus velas para surcar los mares, una evidencia de que se requieren más mujeres en posiciones de liderazgo. En Progreso, la Administración Portuaria Integral (API) contribuye a este esfuerzo, pues gran número de mujeres prestan sus servicios en esa dependencia.

Y es que, de acuerdo con la memoria de una “Mesa de diálogo virtual” sobre el tema (https://bit.ly/3wtdtqy), organizado por la OEA, cuando mucho el 30% de los puestos marítimos en tierra en todo el mundo están ocupados por mujeres, pero en América y el Caribe es apenas de 20%. En tanto, los porcentajes a nivel global son tan bajos como el 2%, y el 94% de ellas trabajan en cruceros. Lo anterior, no obstante que hay una gama de opciones para la mujer, con carreras como Ciencias Náuticas, Protección Marítima y Portuaria, Autoridad Marítima Nacional, Inteligencia Marítima y Portuaria, Especialistas en Derecho Marítimo, Oficiales de la Armada y de la Marina Mercante, médicas, ingenieras navales, investigadoras.

Celebramos esta nueva efeméride porque, como dice la OMI: “La evidencia es clara, la igualdad para la mujer significa el progreso para todos”.

Anexo "1"

"La jefa de máquinas"

A propósito del tema, en el verano de 1976, durante el desarrollo de una orden de operaciones "Bermejo" por el Pacífico mexicano, nuestro Guardacostas “Ponciano Arriaga” hizo la escala acostumbrada en La Paz, Baja California Sur. Ahí coincidimos en un restaurante del malecón con algunos compañeros de la Armada que integraban la comisión receptora de los primeros buques patrulla Clase Azteca, procedentes de Gasglow, Escocia, rumbo a los puertos que serían sus bases asignadas (años después, en los astilleros de la Marina mexicana se construirán los últimos de esta clase).

Entre aquellos compañeros se encontraba uno originario de Guerrero. Sus paisanos comentaban que "se había traído" a una mujer escocesa. El contraste de las razas era evidente: él de tez morena, estatura media y moreno; ella, blanca, cabello rubio y ojos azules. Y la jerarquía era más contrastante: él era tercer contramaestre (tropa), y ella, jefa de máquinas de un barco mercante.

No supe en qué acabó la historia, pero relato la anécdota como evidencia de que las mujeres subieron a bordo de los buques hace muchos años. Y, como hemos comentado de hace varios años cuando comenzaron a aceptarlas en las carreras técnicas de la H. Escuela Naval, será difícil bajarlas una vez que tracen rumbo en los puentes de mando de los buques… ya lo están haciendo y no sólo a bordo, sino en muchas y diversas actividades en tierra. ¡Bien por ellas!

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