Paraíso difícil de roer
Rodrigo Ordoñez Sosa, La Selva del Gato: Paraíso difícil de roer
La entrega pasada hablamos sobre la nueva corriente de escritores que están emergiendo en la zona norte del país, principalmente aquellos amparados por el sello editorial Nitro Press, que agrupa varios periodistas que decidieron incursionar en el terreno literario desde los cuentos y la novela, sobre todo para explorar la realidad de los barrios bajos, las decisiones de vida que los llevaron a entrar en un camino que acabaría con su vida o la constante violencia que existe dentro de las ciudades asoladas por el narcotráfico, la parálisis institucional y la poca eficacia de las corporaciones policiales.
En ese ambiente de violencia institucional y social, emerge la novela Paraíso difícil de roer del escritor José Juan Aboytia, ganador del premio Chihuahua 2020, que aborda las complicadas relaciones que se tejen entre los habitantes de la ciudad y el narcotráfico, no desde el punto de vista de la violencia de los sicarios, sino de los negocios ilícitos que se forman para el lavado de dinero, sobre todo la creciente escases de empleos no ligados con actividades ilícitas, salarios miserables y las nulas oportunidades de crecer dentro de la sociedad, lo que sólo los deja en la encrucijada de vivir una vida llena de limitaciones o arriesgarse a aceptar estos negocios con la esperanza de salir ilesos.
El libro narra la historia de varias mujeres en Ciudad Juárez que están expuestas a la violencia que abarca desde la familia, las relaciones familiares y del cártel que domina la urbe, son varias historias que divergen y se cruzan a lo largo de la trama, siendo la protagonista Mariana, una jovencita forzada a casarse con un cliente de su padre, cuyo poder radica en lavar dinero para el narcotráfico. Mariana es la segunda hija que ofrece su padre a su empleador, debido a que su primera hija, Ana María, apareció asesinada después de casarse con este bizarro personaje, cuyo caso se cerró con un carpetazo, sin iniciar una investigación y sin avanzar hacia ningún lado para esclarecerlo, dejando entrever lo cotidiana que es la violencia de género en esa ciudad, tan aceptada y poco combatida, que las autoridades mejor ven hacia otro lado o lo cierran sin preocuparse por encontrar a los culpables.
La novela tiene varios recursos narrativos para darle un tamiz polifónico a la obra (en un sentido de múltiples voces con diferentes horizontes de experiencia, muy diferente a como algunos autocatalogan sus novelas unidimensionales), en donde vemos un grupo de personas atrapadas en una ciudad secuestrada por el narcotráfico, que nacieron en un lugar en donde la estructura estaba contaminada por el Cártel de Ciudad Juárez, dejándoles como única opción huir de ella o adaptarse. Los únicos valores que quedan ahí son: el machismo, el infantilismo, el fanatismo religioso, el autoritarismo, la violencia de género, condiciones todas para que crezca el narcotráfico y la violencia, respondiendo la pregunta: ¿imagina ser una mujer en Ciudad Juárez?, ¿imagina ese miedo y escalofrío al abrir la puerta para salir a una ciudad donde muy pocos sobreviven para ver el mediodía?