Se encierran en un templo a esperar el fin del mundo
La policía interviene por denuncia de tres padres que exigían la liberación de sus hijos, incluyendo un bebé de apenas unos meses.
SIPSE
DZIDZANTÚN, Yuc.- Un gran movimiento policiaco motivó el doctor Luis Leopoldo Magaña Aguilar, director del centro de salud de Yobaín, quien pidió a los miembros de la congregación religiosa Casa de Dios, Eben-Ezer, que se encerrarán en la “iglesia” a esperar la caída de un meteorito en el mar de Santa Clara, lo que generaría una ola gigante que marcaría el fin del mundo.
Sin embargo, las cosas se le complicaron, no solo porque no se cumplió su "profecía" sino porque también tres hombres se inconformaron porque sus esposas se encerraron en la "iglesia" con sus hijos, incluyendo niños de apenas unos meses.
Esto motivó la intervención policiaca y que finalmente se abrieran las puertas del "templo" para permitir que salieran las familias de los inconformes.
Dios "le hizo una revelación"
El doctor Magaña Aguilar, quien se ostenta como pastor de la iglesia Eben-Ezer, ubicada en la calle 19 entre 8 y 10 de Dzidzantún, expuso a sus feligreses hace unos días que Dios le había hecho una revelación: el dia 31 de diciembre de 2014 un meteorito caería en la costa de Santa Clara, levantando una ola de gran tamaño que cubriría gran parte de la población de Dzidzantún y pueblos costeros aledaños.
Como parte de la "revelación", se pidió a los profesionistas que forman parte de la congregación, entre ellos maestros, doctores y enfermeras, que retirarán todo su dinero de los bancos para comprar víveres sumando un total de 100,000 pesos. El sujeto también pidió a sus fieles que quemaran sus vestimentas, porque en el nuevo camino de sobrevivencia la ropa no sería necesaria.
Tras hacer los preparativos, el doctor y sus seguidores se encerraron en la Casa de Dios, Eben-Ezer, donde se colocaron grandes tablas e incluso se tapiaron algunas partes con cemento, a fin de que no entrara el agua de la "gran ola".
Alrededor de la una de la madrugada del miércoles ingresaron a la iglesia los feligreses, incluyendo menores de edad, pues según la "profecía" el meteorito caería a las 3 de la madrugada.
Sin embargo, tres padres de familia en desacuerdo con la religión y la predicción del doctor, solicitaron a sus familias que salieran del lugar junto con sus hijos. Ante una respuesta negativa de Leopoldo Magaña, decidieron dar parte a las autoridades estatales.
Amenaza con demandar a los policías
Al lugar llegaron agentes de la Secretaría de Seguridad Pública junto con policías municipales y paramédicos, que pidieron hablar con el doctor Magaña, quien salió del inmueble y amenazó con demandar a los agentes por interrumpir una adoración.
Los agentes informaron que tres padres de familia, entre ellos René P.O. y José V.B.B., reportaron que dentro del local se encontraban sus hijos menores de edad en contra de su voluntad.
Al ver la actitud del "pastor", uno de los padres decidió entrar y hablar con su esposa a fin de que se permitiera salir a sus hijos, entre ellos uno de meses de nacido.
Al final las personas que estaban adentro decidieron salir al ver el movimiento policiaco. Al percatarse de esto, el "pastor" dijo que la profecía no se cumpliría ya que "la casa de Dios fue abierta y el Creador no expondrá la vida de los elegidos".
Aborta la profecía
Ante la presencia de las autoridades, vecinos del lugar se quejaron de que en dicho lugar se escuchan gritos constantes de menores de edad asi como ruidos extraños a altas horas de la noche, porque se practican exorcismos.
Se averiguó que Magaña Aguilar es doctor y director del Centro de Salud de Yobaín, y pertenecía al templo cristiano Evangélica Presbiteriana, pero ante actos psicópatas y desobediencia a esa enseñanza se decidió expulsarlo. En respuesta creó su propio grupo con apoyo del templo Eben-Ezer.
El centro de salud de Yobaín recibe a personas de Dzidzantún, Dzilam González, Cansahcab y Sinanché, incluyendo las comisarias de esos municipios. Este jueves el doctor se presentó a trabajar como si nada hubiera ocurrido.
En Dzidzantún la gente teme que el doctor, en una de sus visiones o revelaciones, atente contra la vida de algún menor o de las personas que asisten al centro de salud.