Víctor Hugo Lizama/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unos días, nuestra amiga Cecilia Fuentes, muy interesada en el tema de la herbolaria, nos preguntó que si conocíamos las propiedades del Diente de León. Siendo sinceros, pensábamos que esta planta que crece en todas partes del mundo, por su rápida propagación y adaptación, era sólo dolor de cabeza para las personas que quieren ver sus jardines impecables. 

La planta es de unos 30 cm, sus hojas son de un color verde claro que hacen relucir las amarillas flores que crecen durante todo el año.

Al entrar en su etapa de madurez, la planta hace crecer una pelota de semillas con un aspecto esponjoso; estas semillas fácilmente se desprenden con el soplar del viento y es, gracias a ello, su rápida propagación. Tanto las hojas como la raíz del Diente de León (Taraxacum officinale) son utilizadas para elaborar suplementos herbales. 

Los beneficios para la salud son innumerables. En Europa se han utilizado sus raíces para controlar la fiebre, la diabetes, la diarrea y para perder peso. Los naturistas chinos han hecho uso desde hace mucho tiempo de la raíz del Diente de León para tratar males digestivos, inflamación de los senos de la mujer y apendicitis, entre otros padecimientos.

Los nativos americanos utilizaban la raíz del Diente de León para hervirla y tratar inflamaciones, problemas de la piel, malestar estomacal y daños en el hígado.

Esta planta es una de las mejores fuentes naturales de betacaroteno y vitamina A, además tiene un alto contenido de hierro, magnesio, fósforo, calcio, potasio, tiamina, riboflavina, vitamina C, vitamina K, vitamina H y proteínas.

Debido a esta formidable mezcla de nutrimentos, los beneficios del Diente de León son incomparables: tiene propiedades diuréticas, estimula la secreción de bilis, limpia el hígado, ayuda con las alergias y reduce el colesterol. Muy buena contra la diabetes. Destaca su alto poder para ayudar a los pacientes con cáncer.

Se ha descubierto que la raíz puede funcionar de forma positiva como quimioterapia a la hora de tratar el cáncer, ya que mata sólo las células cancerígenas evitando el daño de las células sanas como sí suele hacerlo la quimio. 

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