Víctor Hugo Lizama Morales/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace ya casi dos años tocamos el tema de esta planta que históricamente se ha utilizado para aliviar la ansiedad, nerviosismo y depresión leve, especialmente si estos síntomas tienen una causa sexual.

La referencia más antigua a la impotencia se hizo en el Sushruta Samhita, en torno al siglo VIII a.C., en la India. Hubo un intento para describir las causas de la enfermedad, lo que sugiere por lo menos cuatro, es decir: voluntaria, precoz, congénita y enfermedades de los órganos genitales. 

De hecho, los antiguos hindúes creían que la impotencia también puede ser de origen mental, de tener relaciones sexuales desagradables con una mujer u hombre.

La primera referencia a la Damiana (Turnera Diffusa) se tuvo por los misioneros españoles en México, quienes narraron las propiedades tónicas y afrodisiacas que le atribuían los nativos del norte. 

En el siglo XVI, el médico inglés William Turner la catalogó con el nombre de Turnera aphrodisiaca. Las hojas de Damiana se han utilizado como un afrodisíaco y para aumentar la potencia sexual por parte de los pueblos originarios de México, incluyendo a los mayas y se utiliza tanto para la estimulación sexual masculina y femenina, el aumento de la energía, el asma, depresión, impotencia y problemas menstruales. 

La hierba también se utiliza como un tónico general para mejorar el bienestar que, a diferencia del café, no afecta el sistema nervioso.

Cada vez hay más hombres y mujeres, en especial mayores de 40 años, que visitan los mercados tradicionales y las yerberías de todo el país en búsqueda de esta planta conocida por diversos nombres: Damiana, Damiana de California, oreganillo, hierba del venado, hierba de la pastora, pastorcita. 

Esto es originado por la voz popular –asegura- que ingerirla en forma natural, en cápsulas como infusión, licor, tintura, extracto o incluso a manera de ducha vaginal, es la solución para aliviar el bajo apetito sexual, mejorar la erección y provocar la excitación con mayor facilidad.