Presupuesto y pagos retroactivos
El poder de la pluma
Cuando se habla de dinero a todos nos interesa, sobre todo tenerlo, pero cuando se trata de hacer cuentas es otro cantar, y más si son grandes cifras que hasta difícil resulta decirlas o imaginarlas para los simples mortales.
El martes pasado, el gobierno federal entregó al Congreso el Paquete Económico 2021, en el que propone un gasto de seis billones 257 mil millones de pesos, ¡uf! El desglose para las fuerzas armadas es el siguiente: la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tendrá un incremento del 19.7%, es decir, 112 mil 557.2 millones de pesos; la Secretaría de Marina-Armada de México tendrá 35 mil 476.7 millones de pesos, 5.7% más; la fracasada Guarda Nacional –que este año fue una rémora del presupuesto del Ejército y Marina– recibirá directamente sus recursos el próximo año, por 35 mil 671.5 millones de pesos, un incremento del 21.8%.
Desde luego, se discutirá en el Legislativo este paquete fiscal y habrá algunas variaciones, pero el Ejecutivo puede hacer las adecuaciones una vez que sea aprobado; sobre la marcha, como suele hacerlo, reasigna el presupuesto; da o quita a su arbitrio, siempre con algún argumento que, aunque rebatible, acaba por imponer.
Una definición de presupuesto es: un plan de operaciones y recursos que se formula para lograr en un cierto periodo los objetivos propuestos, que se expresa en términos monetarios. Más simple: hacer un presupuesto es planear lo que quieres hacer en el futuro y expresarlo en dinero.
Pues bien, los presupuestos no siempre se cumplen tal cual se planean, sino que se van haciendo ajustes a lo largo de ese periodo de tiempo (en los gobiernos generalmente es un año), sea por algunos imprevistos o porque no se tuvieron ingresos suficientes para gastar lo programado. Pero, además, suele haber subejercicios en algunos rubros de las partidas presupuestales –me consta porque fui pagador en la Marina– y entonces a fin de año llegan las carreras para ejercer el dinero, ante la amenaza de Hacienda de cerrar las líneas de crédito y… adiós a los recursos.
En este punto, siempre me pregunto, como muchos, el porqué en los presupuestos de Hacienda no se prevé el pago del aumento (por inflación, generalmente) en los primeros meses del año para soldados y marinos en activo y en retiro, como se hace con los jubilados del IMSS e Issste que lo reciben en febrero de cada año; o con los maestros, que reciben sus incrementos en “sueldo y otras prestaciones” siempre en mayo, como regalo de su día.
Pensaba que, como Ejército y Marina se han vuelto todólogos en este gobierno de la 4T, eso cambiaría, pero sigue siendo igual o peor, porque el año pasado el “retroactivo” llegó hasta diciembre, y este año ni señales hay de que sea en octubre o noviembre, como solía hacerse. Insisto, algo falla en el presupuesto o quizás se aplica aquella frase de algunos generales antiguos: “Si alcanzare se le ministrará a la tropa”.
Anexo "1"
Al abordaje de las aduanas
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) informó que en las próximas semanas marinos y militares se incorporarán a la Administración General de Aduanas. Horacio Duarte OIivares, administrador general de Aduanas, dijo estar muy contento con la incorporación de la Marina y el Ejército a la estrategia de combate al contrabando de armas y drogas, además de cumplir con el combate a la corrupción, el influyentismo y aumentar la recaudación que permita tener recursos para el bienestar de la gente.
En una reunión presentaron los mecanismos de operaciones de los despachos aduaneros marítimos y se reiteró que el personal de las aduanas estará a cargo de la capacitación de nuevos elementos.
A mediados de julio, el presidente López Obrador dijo al respecto: “Lo que va a iniciar es la intervención integral en aduanas y puertos, es la administración y la vigilancia, algo parecido lo que hicimos en Pemex para combatir el huachicol; es rescatar las aduanas”.
Más chamba y sólo le incrementaron a la Marina 5.7 de su presupuesto para 2021.