Proclaman el valor de la vida humana y la familia
Cientos de yucatecos participan en la Procesión a favor de la vida, la paz y la familia.
Martha Chan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Cientos yucatecos e integrantes de diversas asociaciones civiles participaron en la “Procesión a favor de la vida, la paz y la familia”, que fue convocada por la Arquidiócesis de Yucatán y que culminó con una misa en la iglesia de San Cristóbal, la cual fue presidida por el vicario general, Monseñor Joaquín Vázquez Avila.
En la marcha, que se unió a las diócesis de todo el país, los participantes vestían de color blanco y llevaban globos amarillos, así como pancartas alusivas y estandartes a favor de la vida.
Entre los asistentes estaban las pastorales de la Salud, Familiar, del Amor, los grupos Franciscanos de María, Misión Guadalupana, Caballeros de Colón, así como las asociaciones civiles Salvemos una vida, Ayuda a la Mujer Embaraza (AME), Donando Sangre, Compartiendo una vida, Paternidad Responsable, Mano amiga Yucatán, Aprendamos Juntos, Club Rotarias Mérida Itzáes, Asociación Camila, Hogares Maná, Proyecto Crisal, así como integrantes de diversos gremios y la Universidad Marista.
Antes de iniciar la procesión, que partió del atrio de la Catedral, dos mujeres jóvenes que pretendieron abortar ofrecieron sus testimonios y al renunciar a esa decisión hoy en día su vida es diferente a lado de sus hijos.
La peregrinación recorrió la calle 63 y dobló hasta la 50 rumbo al Santuario Mariano, donde fueron recibidos por Monseñor Vargas Góngora y el vicario Castillo Tun, quien bendijo los estandartes e incensó a los feligreses. Posteriormente, en el interior de la Iglesia, la presidenta del Consejo Directivo de AME, Margarita Buenfil Guillermo, leyó un documento a favor de la vida y la paz.
La homilía estuvo a cargo del titular de la Dimensión Diocesana de la Pastoral de la Salud, Pbro, Alejandro Alvarez Gallegos, quien mencionó que la vida humana es un valor en sí y no un instrumento”, ya que no puede ser utilizada al arbitrio.
“Lo primero que se da en el hombre desde que comienza a formarse en el vientre materno es la vida, la cual es el primer don del amor de Dios a cada hombre”, precisó.
“Ante los múltiples abortos que se cometen, la Iglesia siente la grave urgencia de cumplir su labor profética de ser voz para los que todavía no tienen voz”, manifestó el sacerdote.