Salvemos una vida celebra 23 años de brindar ayuda

Voluntarios comparten experiencias y aprendizajes en La Casita, donde se ofrece apoyo a quien lo necesite.

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Voluntarios comparten experiencias y aprendizajes en La Casita, donde se ofrece apoyo mediante labores de prevención, atención telefónica las 24 horas y asesoría psicológica. (Daniel Sandoval/Milenio Novedades)
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MÉRIDA, YUC.- El Programa de Atención Integral para Problemas de Depresión y Suicidio “Salvemos una Vida”, creado por Alis García Gamboa de Ortiz, celebró 23 años de llevar ayuda desinteresada y para festejarlo se contó con la presencia de algunos de sus voluntarios, que compartieron experiencias y aprendizajes en La Casita, donde se ofrece apoyo mediante labores de prevención, atención telefónica las 24 horas y asesoría psicológica.

En la emisión del programa radiofónico que se transmite una hora los viernes por Amor 100.1 de Grupo SIPSE, a partir de las 11 horas, los anfitriones Jorge Barrera y Esperanza Nieto destacaron la labor que se realiza en La Casita.

Para festejar este memorable acontecimiento se contó con la presencia de José Luis Vales Lara, coordinador de La Casita, quien estuvo acompañado de Sandra Mir, multiterapeuta; América Pérez, tanatóloga del IMSS, y el psicólogo Noé Martínez García.

Ambos conductores destacaron la gran cantidad de personas atendidas a lo largo de estos 23 años, que han sido también de mucha experiencia y aprendizaje de las personas que colaboran en este programa.

Cualquiera puede ser voluntario, comentaron ambos, sin importar lo que haga, todos son bienvenidos, así sean amas de casa, discapacitados, pasantes, profesionales, todos tienen las puertas abiertas en La Casita.

Recomiendan a padres de familia estar pendientes de sus hijos, en especial en la etapa de 8 a 12 años

Sandra recordó que llegó a “Salvemos una vida”, “salvándome asímisma”, contestando teléfonos por más de un año, retirándose para hacer algo en su vida, estudiando sicoterapia corporal durante dos años y medio.

Mejor preparada, regresa a La Casita, donde con nuevas armas puede ofrecer una mejor atención.
Actualmente, toma un diplomado en tanatología para seguir acompañando a las personas.
Tanatológa en el IMSS, América, por su lado, comentó que llegó tratando de hacer algo más, dar ese acompañamiento que todos los seres humanos necesitamos cuando se está en una fase terminal de la vida, así como a sus familiares.

En ese sentido, mencionó que en la fase final de la vida, el paciente y la familia requieren de alguien preparado para acompañarlos en este difícil proceso.

“Cuando la persona fallece, se pasan varias etapas de duelo, por lo que se requiere de ayuda. De ahí la importancia de participar en pláticas”, señala.

La tanatología, enfatiza, no está muy difundida, pese a que es una realidad, y contario a lo que se piensa, esta ciencia habla más de la vida que de la muerte.
“El tiempo que estemos vivos hay que disfrutarlo. Es el regalo más maravilloso que nos da Dios”, interviene la conductora.

Desde hace más de un año, América ofrece apoyo sicológico gratuito los miércoles en la tarde, en La Casita, a la que llegó invitada por conocidos.

La especialista menciona que cuando alguien está pasando un trance, los atiende en sesiones de acompañamiento y teniendo la finalidad de ayudar al ser humano a pasar el proceso de una pérdida significativa.

“Al inicio llegan con una herida abierta, se les acompaña dando las armas para que sean rescatados a través de distintas terapias”, agrega.

A su vez, el psicólogo Noé Martínez igual habló de sus experiencias en La Casita, donde le han tocado algunas desgarradoras, fuertes, pero al mismo tiempo le permite crecer en lo personal y profesional al darle las armas para ayudar a esas personas.

Oriundo de Hermosillo, Sonora, lleva poco más de un año en La Casita, a la que llegó por alguien que le habló de lo que se hace ahí.

Noé Martínez estuvo en China, cuyo índice de suicidios es alto, pero le fue difícil hacer algo, pues el gobierno de ese país es muy celoso de lo que hacen los extranjeros, por lo que decidió regresar a México a poner en práctica lo aprendido.

El comentarista elogió a “Salvemos una Vida”, así como la confianza de los voluntarios que dan su tiempo apoyando el programa, e igual mencionó que pese a que los servicios que se ofrecen son gratuitos, hay una pequeña alcancía donde los beneficiarios a manera de agradecimiento y en la medida de sus posibilidades dejan algunas monedas.

“Es algo simbólico, una muestra de compromiso y agradecimiento de la gente”, señala.

Todos los participantes tuvieron la oportunidad de mencionar qué aprendieron en este último año en este programa, a lo que Noé menciona que le ha dejado mucho aprendizaje, a ser más comprensivo y sensible hacia las personas.

América, por su lado, dijo que el ser humano nació para brindar ayuda al prójimo, y hay que hacerlo de una única manera, con amor.

Sandra opinó que está muy agradecida con formar parte de La Casita, donde aprendió muchas cosas y entre otras satisfacciones está el haber trabajar con adolescentes.

José Luis Vales comentó que este un desarrollo interminable, en el que todo es subir, subir y subraya la necesidad de que los padres de familia estén muy al pendiente de sus hijos, especialmente entre los 8 a 12 años de edad, al ser la etapa donde se despegan todas las cosas buenas y malas.

Jorge Barrera agradeció a todos los voluntarios, operadores, a Grupo Sipse, a Radio Amor, que les dan todas las facilidades a este equipo.

También mencionó darle gracias a Dios porque hace que todos puedan trabajar desde sus respectivas trincheras.

En ese sentido, Esperanza Nieto enfatiza que lo más importantes es estar vivo, hay que agradecerlo, gozarlo, y que todos necesitamos amor.

“La vida es amor, sino no habría vida. No estamos solos nunca. Aparentemente podemos estar solos, pero volteamos y siempre habrá alguien a quien dar amor”, añade.

Esperanza y Jorge expresaron un agradecimiento especial a Alis García, quien fue la responsable de haber formado esta gran familia de Salvemos una Vida.

“Siempre está con una sonrisa, atenta a las necesidades de los demás”, destaca Esperanza Nieto.

¿Dónde acudir?

El programa Salvemos una Vida se inició el 10 de julio de 1995, ofreciendo apoyo en La Casita, ubicada en el predio No. 435 de la calle 56 entre 49 y 51, donde se cuenta con las líneas telefónicas 075, que es gratis, 924-59-91 y 945-37-77. En 2017 se atendieron 3,410, llamadas.

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