Ofrecen apostolado de amor a niños con alguna discapacidad

Mujeres del patronato y las hermanas Concepcionistas del Servicio de los Pobres son las encargadas de esta noble labor.

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'Aprendamos de las personas con discapacidad, a través de ellas nuestro trabajo cobra sentido y se vuelve servicio, servir es amar', aseguró. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Brindar un espacio amoroso y digno para las personas con alguna discapacidad profunda es la misión de la Asociación Civil Pastoral del Amor, un apostolado y reto que han adquirido las mujeres del patronato y hermanas de la orden de las Concepcionistas del Servicio de los Pobres, dos pilares que sostienen y fomentan la generosidad de la sociedad para poder continuar con la noble obra. 

Ambos grupos decidieron tomar como proyecto de vida la filantropía y de acuerdo con sus testimonios han comprobado que la mano de la providencia está presente en su trabajo, cuando de manera sorprendente obtienen aliados para la manutención y mejoras de la sede.

En 1983 se fundó la causa por el Padre Dionisio O’Brien M.M., con apoyo de la Señora Aurora Cruz de Corona y la Señora Guadalupe Mier y Terán de Solís ante la falta de una catequesis especial para niños con discapacidad; posteriormente la labor se convirtió en un servicio de albergue, al que se sumó una escuela para padres.

Actualmente encabezan la labor Blanca Duarte Castillo, presidenta del Patronato, y la hermana Patricia Villanueva Rosado, directora del Albergue “San José” Pastoral del Amor.

Pioneros en atención a personas con discapacidad

Hace 33 años, la preocupación por dar formación espiritual llevó a la creación del catecismo para niños con alguna discapacidad, la cual se bautizó como catequesis especial, fue un modelo nuevo que atrajo la atención de decenas de familia y posteriormente se replicó en otras parroquias.

Así nació la Pastoral del Amor, una organización católica de caridad y de servicio, y fue hasta 1991 cuando el albergue San José fue fundado, para responder a otra necesidad, la atención aquellos niños que el DIF estatal enviaba al Hospital Psiquiátrico porque su labor terminaba cuando el menor cumplía 10 años. El lugar desde entonces tiene el compromiso de recibir a cada uno de sus huéspedes los 365 días del año con cuidados las 24 horas.

“Nosotros los cuidamos hasta el último día de sus vidas”, explicó Blanca, al destacar que el trabajo de la organización impacta para siempre en la persona que suma a la gran familia del albergue.

Recordó que hace 20 años una serie de divinas consecuencias provocó que la orden portuguesa de las Hermanas Concepcionistas al Servicio de los Pobres pusiera sus ojos en México, y en específico a Mérida, para iniciar su orden en Latinoamérica. 

De esta manera, la asociación contactó a las religiosas y ellas aceptaron con amor la tarea de ser las encargadas de atender a los huéspedes permanentes, proporcionándoles una familia, educación, terapias y esparcimiento.

La hermana Patricia Villanueva es la primera yucateca en encabezar la orden en tierra maya, antes estaban a cargo de sus homólogas portuguesas.

Desafío que se enfrenta con generosidad

En entrevista, Blanca y Patricia coincidieron que este proyecto de vida significa un desafío constante por las necesidades de mantenimiento de la sede y los cuidados especiales de los beneficiados, porque los requerimientos para procurar su higiene, salud y bienestar en general son inagotables. 

No obstante, destacaron que estos retos se enfrentan promoviendo la generosidad, pues la sociedad es la principal bienhechora, seguida de las empresas y las autoridades; la suma de todos hace posible que actualmente puedan brindar el mejor servicio a sus 17 jóvenes y adultos que habitan el albergue.

En el lugar se cuenta con profesionales en terapia, lenguaje, educación física y educación especial a quienes se les paga por sus servicios. A esta labor se agregan los voluntarios de Yucatán y el extranjero quienes donan tiempo de calidad. 

En su sitio de internet http://pastoraldelamor.org.mx/ se explican las maneras de ayudar y próximamente lanzarán un esquema de padrinos, con el fin de integrar bienhechores constantes.

“Muchos de los que vienen creen que van a dar, pero realmente reciben más y cuando se involucran con la causa se enamoran, tenemos muchas historias de voluntarios que se  inspiran de nuestros niños y siguen ayudando durante años”, agregó Blanca. 

Perfil

  • Cuenta con la certificación de transparencia e institucionalidad del Centro Mexicano de Filantropía
  • Trabajan en vinculación con la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, el DIF estatal y municipal, Secretaría de Desarrollo Social e iniciativa privada. 
  • Colaboran voluntarios de universidades y organizaciones de Estados Unidos y Europa.
  • Su visión es ser un espacio amoroso y digno para las personas con capacidades diferentes dentro de un ambiente de dignidad y amor.
  • Además de albergar a 17 personas con alguna discapacidad profunda, se imparte catecismo especial en el local. Así como en otras parroquias de Yucatán, el modelo se ha replicado en otros puntos de la península.
  • También ofrecen el servicio Escuela para Padres, la cual funciona paralelamente con el catecismo, para que mientras los niños reciben formación religiosa los padres de familia se reúnen también para recibir formación espiritual y psicológica.

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