'El Palacio Cantón es el centro de mi vida'

'Hace 3 años, el número de visitas al mes era en promedio de 2,500, actualmente en vacaciones registraron hasta 12 mil visitas', dijo Giovana Jaspersen

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Creo que mi aportación al Museo Palacio Cantón ha sido un enfoque de participación para acercarlo a la sociedad, conocer al público, hacerlo un espacio dinámico”, aseguró Giovana Jaspersen García. (Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- De niña no soñaba con ser restauradora y hoy el patrimonio cultural es su proyecto y centro de vida. Giovana Jaspersen García, directora del Museo Regional de Antropología e Historia Palacio Cantón, es la titular de museos más joven de todas las delegaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y con su trabajo que conecta el valor de pasado, la importancia de documentar el presente y proyectar acciones al futuro, ha logrado que el recinto que encabeza tome una presencia preponderante en la agenda de la sociedad y las autoridades.

Desde el inicio de su periodo impulsó la creación del departamento de restauración y conservación del museo, gestionó la intervención a la construcción para mejorar sus instalaciones y lideró el desarrollo de una estrategia de difusión con un enfoque de participación social, para acercar el palacio a la gente, con el fin de convertirlo en un espacio dinámico, amable, al alcance de todos, con actividades pensadas para diferentes públicos y con miras de convertirse en un complejo cultural.

Hace tres años, el número de visitas al mes era en promedio de dos mil 500, actualmente en temporada de vacaciones han registrado hasta 12 mil visitas. 

Recientemente, en calidad de comisaria internacional del INAH, encabezó el traslado de nueve toneladas de piezas arqueológicas de la exposición “Los Mayas: lenguaje de la belleza”, que se exponen en Berlín, Alemania, que previamente se exhibió en el Palacio Cantón.

La crónica detrás de su amor por la historia

“Ningún niño sueña con ser restaurador. Desde chica me gustó la pintura, la historia, el arte, sin pensar precisamente en una vocación, pero empecé a tomar camino en la preparatoria cuando hice trabajo de campo junto con un profesor en la sierra con los huicholes a los 15 años”, recordó y admitió que su enfoque hacia la restauración lo encontró mientras definía sus intereses entre aprender sobre las artes plásticas o ciencias políticas. En el proceso descubrió la carrera para ser restaurador y allí comenzó su historia. 

En el segundo semestre de la carrera, hace 13 años, tuvo su primera experiencia colaborando con proyectos del INAH.

“Me inicié con material arqueológico pero siempre pensando en el tema de la construcción social del patrimonio cultural, la relación con el objeto y cómo a su vez se convierte en patrimonio cultural. Después de tres años me doy cuenta de que a los restauradores nos hace mucha falta conocimiento en materia de gestión, nos formamos en cuestiones químicas, manuales e históricas, pero no en esa parte de gestión y desarrollo de proyectos. Por ello, entro a estudiar la segunda licenciatura de Gestión Cultural para equilibrar esas necesidades. “En la otra licenciatura me doy cuenta que mi verdadera vocación es la participación social”, dijo.

En esta materia, señaló que en México lo más común son los objetos simbólicos, por ejemplo la escultura policromada y retablo, de esta manera trabajó en proyectos en diferentes Estados de la República. Se establece en el taller de conservación y restauración del Museo Franz Mayer donde fue restauradora en el proyecto del retablo de San José, de la capilla del mismo nombre en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; aplicó a una beca de estancia de especialización en Bélgica y posteriormente regresa al país para trabajar en el Museo Nacional de Antropología e Historia.

Yucatán en el mapa

Luego de su experiencia en el país y el extranjero, Giovana puso la mirada en Yucatán participando en proyectos del INAH en comunidades. De esta manera durante dos años y medio trabajó en iniciativas de participación social en localidades como Chichimilá, Kantunil, Valladolid, Sacalum e Izamal. Le tocó experimentar retos como la falta de recursos, no obstante logró gestionar fondos mixtos y tener a su cargo 100 personas, entre ellos trabajadores del lugar.

“En estos trabajos fue importante la mediación porque uno de los grandes problemas es la imposición, la violencia simbólica en la que se llega a las comunidades y se les dice quién es, cuál es su patrimonio y lo debe cuidar, cuando deben de existir escenarios de diálogo y mediación en el que se vean ambas partes y haya una suma de valores, no se trata de detener usos y costumbres sino ser facilitadores para no provocar la pérdida del patrimonio cultural”, reflexionó.

Entrada al Palacio

Durante su etapa en las comunidades también participó en la conservación y restauración del  acervo del arte colonial en madera, del Museo Regional Palacio Cantón, donde habían fragmentos y piezas que no estaban catalogadas ni estudiadas,  tenían elementos desde tres centímetros hasta tres metros.

En ese proceso se presentó el cambio de dirección y la invitaron asumir el cargo de manera temporal (octubre 2013) mientras se lanzaba la convocatoria para el concurso de oposición. En estos términos estuvo al frente seis meses y en abril de 2014, resultó seleccionada para la dirección de manera oficial.

“Nunca titubié, toda mi carrera fue vertiginosa, he sido afortunada del apoyo y de tener grandes deberes y siempre estuve consciente de la responsabilidad y el reto que era y todo lo que podría hacer y lo que podría estar en contra, ¿pero titubear? no”, agregó.

Para aspirar a la dirección de manera oficial, aplicó para concursar y ganó por encima de todas las propuestas que se mandaron a nivel nacional.  A sus 29 años tomó el cargo y en la primera reunión de directivos de museos y delegados de todos los centros INAH, destacó por su juventud y dominio del tema.

“La apuesta del Instituto era de refrescar el espacio, reactivarlo con otro tipo de mirada en el tiempo que estaba viviendo la sociedad porque estamos pasando de una época a otra, jamás tuvimos el hecho de que cuando alguien tiene una duda le pregunta al más joven y no al de mayor edad; necesitamos actores visagra que accedan hacer esta transición que permita el reconocimiento del pasado y proyectarlo al futuro con agentes que puedan estar en los dos escenarios”, abundó al hablar de su papel en el Museo.

Giovana Jaspersen a punto de cumplir los 32 años de edad, sigue construyendo iniciativas para que el recinto avance en su posicionamiento y apreciación.

“El palacio es el centro de mi vida, es la razón por la que estoy en Yucatán, a lo que me dedico plenamente, creo que mi aportación ha sido un enfoque de participación para acercarlo a la sociedad, conocer al público, hacerlo un espacio dinámico y amable al alcance de todos, con diversas estrategias para los diferentes públicos, cuidar cuestiones de conservación, hacer investigación actual del Palacio; en fin, hacer que sucedan cosas en el espacio y regrese a la agenda de las gente. El patrimonio es para las personas”, finalizó. 

Trayectoria

  • Fecha de nacimiento 21 de mayo de 1984.
  • Licenciatura en Restauración de Bienes Muebles, en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), Guadalajara, Jalisco y Licenciada en Gestión Cultural en la universidad de Guadalajara.
  • Cuenta con estudios de especialización en Bélgica y presentaciones de proyectos en países como Holanda y Austria.

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