Redes sociales, aliadas en favor del cuidado del medio ambiente
Gracias a las denuncias a través de redes sociales, se logró frenar un desmonte ilegal en la Reserva Ecológica Cuxtal.
Ante el incremento de casos de destrucción ambiental en zonas protegidas, el medio ambiente ha encontrado una inesperada aliada en las redes sociales, pues en sitos como la Reserva Ecológica Cuxtal, en el sur de Mérida, se ha logrado frenar recientemente un desmonte ilegal de selva baja caducifolia gracias a la denuncia que se hizo a través de las plataformas digitales.
Sandra García, directora de la Reserva Ecológica Cuxtal, indicó que gracias a esas publicaciones se pudo detectar la deforestación de ocho hectáreas que fueron arrasadas con maquinaria pesada, lo que provocó la pérdida de varios árboles de 8 y 10 metros de altura y algunos con más de 30 años, lo que afecta gravemente el equilibrio ecológico del lugar.
“La remoción de vegetación, además de destruir hábitats, provoca erosión del suelo y aumenta el riesgo de incendios; estas pérdidas tienen consecuencias profundas y duraderas”, advirtió.
La encargada del sitio, indicó que una vez que el caso fue visibilizado a través de redes sociales, la acción por
parte de las autoridades fue inmediata, lo que permitió la conformación de un expediente y la activación de un protocolo de respuesta, además de una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
“La vigilancia participativa de los ciudadanos ha sido clave, porque no es posible monitorear constantemente las casi 12 mil hectáreas que conforman la reserva”, agregó.
En ese sentido, recalcó que las redes sociales no solo han sido herramientas de denuncia, sino también de organización comunitaria, pues a través de ellas se han logrado encontrar más puntos de atención, ya que hasta ahora se calcula que hay más de 50 hectáreas afectadas, algunas utilizadas como tiraderos clandestinos.
Estos mecanismos de denuncia digital también han demostrado su eficacia en otras áreas del estado, como los manglares en la costa yucateca, donde la ciudadanía a través de su celular ha documentado su destrucción para abrir paso a desarrollos turísticos o carreteros.