Disfrutar la vida

Columna de Roberto Díaz y Díaz: Disfrutar la vida

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“La tragedia de la vida no está en no alcanzar la meta, sino la verdadera tragedia es no tener una meta que alcanzar”. Es frase de Goethe y qué buena es.

¿El día de hoy estás gozando tu existencia o la estás sufriendo? ¿Tienes miedo a vivir? ¿O simplemente dejas que la vida te cuestione?

No hay que olvidar que el miedo es el obstáculo más grande que nos frena para poder vivir nuestra vida en plenitud.

Cada mañana cuando te levantas, ¿disfrutas de la naturaleza o ignoras lo que el creador te dio para ser feliz?

Hoy es el día más bello de tu vida, porque es el primer día del resto de tu vida. ¿Qué esperas para disfrutarlo? Nunca hay que dejarse vencer por los pensamientos agobiantes y destructivos, pues el peor error es darse por vencido ante cualquier problema y no tratar de luchar y afrontarlo.

“Disfruta la vida, pues es más tarde de lo que imaginas”. Es una sentencia que todos los días debemos tener en la mente, porque nos recuerda que la muerte camina a nuestro lado y por eso hay que paladear la vida.

No hay que tener ese defecto del egoísmo, ese egocentrismo que es sólo querer vivir para nosotros,  sin pensar en los demás.

El servicio es la máxima expresión del amor, no se te olvide, y la mejor distracción es el trabajo, salir cada día a vencer los obstáculos que nos pone la vida, sin pensar en la bancarrota, eso nos lleva a caer en el desánimo.

Tómate tu tiempo para ser feliz, pues la gran diferencia entre el triunfo y el fracaso puede expresarse en 3 palabras: “No tuve tiempo”. ¿Hace cuánto que no dialogas con tus hijos? ¿Sabes lo que desean, sienten y les preocupa? Sólo sufres a tus hijos y no los gozas. Cuando te des cuenta, pronto ya se habrán ido.

No hay que olvidar que nuestros mejores maestros son los hijos. Esos pedazos de tu corazón, que tú te empeñas en hacerles pedazos el corazón con tu mal ejemplo, con tu palabra hiriente y tu falta de amor y apoyo.

Quiera Dios que no tengas que llorar la pérdida de un hijo y en tus frases muera ese amor que no supiste manifestar, pues estabas viviendo sólo para tu trabajo y tu egoísmo.

Vivir el hoy, con garra y tener una mente libre de frustraciones y de malos augurios, sanar de ese sentimiento tan vil, que es la envidia.

“No llores de lo que careces, disfruta de lo que tienes”. Disfruta a tu pareja, sana ese pecado de omisión, es tu amor que no le has manifestado.

Vamos a llenar a nuestro cónyuge con diálogo y amor, y a aprender a respetarlo. No hay que hacer el amor con un cuerpo, hay que hacerlo con una persona.

Dar amor para recibir amor. Regalarle a nuestra pareja el don más precioso que es el perdón, entender que lo más maravilloso del mundo es el amor que nos damos y el que sabemos recibir.

Tendremos todo lo que deseamos cuando dejemos de desear y aprendamos a disfrutar lo que poseemos.

Cuando logremos entender que el mejor conocimiento es el sabor de Dios y no sólo saber de Dios. Eso nos dará paz, amor y felicidad.

Llénate de amor a ti mismo y genéralo en tu entorno, con amor y esperanza, pues la única forma de poder salvar el juicio, y no perder la razón, es elegir la esperanza por encima de la desesperación.

Bien dice Wayne Dyer: “La plenitud no está en lograr todo lo que anhelas, sino en valorar lo mucho que ya tienes”. A estas alturas de mi vida, no busco ser parte de un cuento con final feliz. Solo busco ser feliz sin tanto cuento.

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