Los problemas son desafíos

Columna de Roberto Díaz y Díaz: Los problemas son desafíos

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Pasaron las elecciones y nos quedó el sabor de haber fracasado. Nos quedó una sensación de vacío interior y de derrotismo, que a muchos nos ha hecho reflexionar en qué fallamos o qué hicimos mal.

Sin embargo, debemos entender que los problemas son nuestros ayudantes, ya que nos brindan oportunidades, nos ayudan a crecer, a liderar y hacer cosas mejores, tanto en tu organización, como en tu vida.

No fue un fracaso, fue una enseñanza, pues en cada problema se esconde una valiosa oportunidad para mejorar.

Los desafíos no son más que la ocasión para volver hacer cosas mejor. Muchos tratamos de evitar los desafíos y los problemas en nuestra vida, pero evitarlos equivale a negarnos al crecimiento y el progreso.

Resistirse a ellos supone rechazar la grandeza. Vale la pena preguntarnos, no por qué, sino para qué.

Hoy es un buen día para aprovechar y experimentar lo mejor de los desafíos que se te planteen, y comprender que las únicas personas que no tienen problemas son las que están muertas.

Por todo lo anterior, tenemos que reflexionar y analizar los siguientes conceptos: “Los problemas ponen de manifiesto el talento”. Esto es aprender a ver los problemas como oportunidades de mejorar.

Hoy la vida nos está gritando “no rechaces los problemas”, aprovéchalos y aprende de ellos. Las personas evolucionadas convierten sus heridas en sabiduría.

Trata, como ellas, de utilizar tus fracasos como palancas para saltar al éxito. No veas problemas, ve posibilidades. Y no olvides que: “una equivocación sólo lo es cuando la cometes dos veces.” Samuel Ullman comentó: “nadie se hace viejo por vivir una serie de años. Nos hacemos viejos cuando abandonamos nuestros ideales. Puede que los años nos arruguen la piel, pero perder el entusiasmo nos arruga el alma”.

El entusiasmo es muy importante. Al tener entusiasmo estamos abiertos a la vida. Tienes la curiosidad de aprender y de crear; te encanta aprender; sonríes cuando la gente te ve; pasas la vida en una forma estupenda.

Hay una historia del escritor José Díaz Bolio que narra: “Sentí que en mi pecho moría la ilusión y la felicidad. De pronto me vi derrotado. Sentí que del otro lado del río había un ancla, y ahí clavada en su corazón estaba la esperanza. Tuve que hacer un esfuerzo y sacar de la arena el ancla y rescatar de mi pecho la esperanza”.

Creo que eso es lo único que nos queda hacer: volver a creer en la esperanza y seguir en lucha por nuestro querido México.

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