Luis Fuente/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Salió tras pasar 40 años en prisión. El interno con más años en el Centro de Reinserción Social del Estado consiguió su libertad luego de purgar una condena por un doble homicidio durante un robo a la oficina de correos en el barrio de Santiago, hechos ocurridos en 1975.

Es Ricardo Cabrera Escalante (A) "Buitre", quien por el tiempo que estuvo en la cárcel, es considerado el preso más antiguo de la época moderna del los penales en Yucatán.

El individuo, de origen veracruzano, fue procesado penalmente por los asesinatos del encargado de una oficina de Correos y de su madre, quienes vivían en la parte posterior del inmueble en Santiago, barrio localizado al centro de la ciudad.

En esa época la pena máxima del Código Estatal era de 25 años, pero a "Buitre" se le procesó con el Código Federal que consideraba una condena máxima de 40 años, la cual se le fue impuesta.

Actualmente Yucatán tiene la pena máxima de 40 años, aunque ahora con el nuevo sistema de justicia es más difícil que la misma sea impuesta.

Sus víctimas fueron Jorge Carlos Ortega Novelo y su madre María Novelo viuda de Ortega, quienes fungían como administradores de Correos, que en ese entonces funcionaba en el predio número 485 de la calle 70 entre 55 y 57 del mencionado barrio.

Cabrera Escalante, que en aquel momento tenía 21 años, cometió los delitos en complicidad con otros sujetos que también fueron procesados pero recibieron penas menores. El móvil fue un robo, ya que vaciaron la caja de valores, muebles y otros bienes del erario federal.

Libertad efímera

Una fuga del penal ha añadido más dramatismo a la historia del "Buitre". Esto ocurrió el 19 de febrero de 1983, cuando aprovechó un descuido de los custodios del área federal donde estaba confinado. Dos meses después, el 8 de abril de ese mismo año, fue recapturado y enviado de nuevo al reclusorio.

Por lo prolongada que fue su condena, Cabrera Escalante conoció dos penales. Al ser recluido en 1975, primero estuvo en la antigua penitenciaría Juárez, ubicada frente al Parque de la Paz, y después fue trasladado al nuevo Cereso donde concluyó su castigo.

Este viernes por la noche, después de cuatro décadas volvió a respirar los aires de la libertad. A sus 61 años, está muy lejos de aquel joven impetuoso que cruzó el umbral de la cárcel para pasar una buena parte de su vida en la sombra.

Su andar cansado contrasta con el de aquel veinteañero que furtivo logró burlar a los custodios. Su salida fue tranquila pero con una inquietud: ¿Qué sigue después de 40 años en la cárcel?