La salud mental es tan importante como la física. Padecer problemas como la depresión o ansiedad no sólo afecta nuestro estado de ánimo, sino que puede traer consecuencias negativas en nuestro cuerpo y enlas relaciones con la familia, pareja, amigos y compañeros. Por ello, debemos ser conscientes de cuidarla.

Algunos consejos sencillos son meditar o practicar yoga diariamente, aunque sean 10 minutos, realizar actividad física moderada como caminar, mantener una alimentación balanceada y dormir entre 7 y 8 horas. También ayuda el pasar tiempo con nuestros seres queridos y realizar actividades placenteras como leer o escuchar música.

La atención psicológica y/o psiquiátrica es una gran herramienta, y no tiene porqué ser estigmatizada. Acudir a terapia cuando nos sentimos tristes, ansiosos o estresados puede ayudarnos a identificar las causas y aprender estrategias de afrontamiento. Existen tratamientos breves y eficaces basados en terapias cognitivo-conductuales que pueden ser de mucha utilidad.

Actualmente también se puede optar por modelos online, lo que facilita el acceso a este tipo de servicios. Algunos profesionales ofrecen sesiones por videollamada, las cuales pueden ser igual de efectivas que las presenciales para ciertos casos. Esto permite trabajar la salud mental desde la comodidad del hogar.

Recientes investigaciones muestran que practicar gratitud diaria, ya sea llevando un diario o meditando sobre aspectos positivos, incrementa la felicidad y reduce el estrés de una forma considerable. Otro estudio encontró que las personas con mayores niveles de optimismo suelen enfrentar mejor los problemas.

Evitar el abuso de sustancias como el alcohol es importante, pues a la larga estas no hacen sino empeorar el estado anímico y los trastornos. Del mismo modo, intentar no acostarnos a dormir muy tarde para así respetar nuestros biorritmos naturales.
Un estilo de vida sedentario suele estar ligado a mayor riesgo de padecer problemas mentales. Por lo tanto, es importante incluir el movimiento en la rutina, aunque sea de forma ligera, para que nuestro cuerpo y mente se sientan activos.

Reducir el consumo excesivo de noticias alarmistas también ayuda a disminuir el estrés. En vez de estar permanentemente expuestos, es mejor informarse de forma ocasional y selectiva. Un exceso de estímulos negativos perjudica nuestra salud mental.

Para cerrar, iniciar el nuevo año enfocándonos en nuestro bienestar emocional nos permitirá atravesar los siguientes meses de la mano de una actitud favorable y cuidándonos a nosotros mismos, lo cual repercutirá en nuestra calidad de vida de forma global.