Salud Vs educación

La educación, como la medicina, evoluciona día tras día y la capacitación por parte de las autoridades es obligatoria

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Nuestro presidente tocó esta semana dos de los temas más importantes para un México trascendente y primermundista: salud y educación. Se sabe que un país saludable y educado tiende a la prosperidad, pero, por desgracia, los gobiernos anteriores dieron atención más a uno que a otro rubro creando un desbalance sin obtener resultados satisfactorios.

La salud y la educación comparten una relevancia similar por todos los temas que abarcan, aunque, en mi opinión, es la educación la que se sobrepone ante cualquier otro sector, sin ella no tendremos buenos médicos, no hay salud, ni un bien social, psicológico ni cultural. Pero por desgracia en este sexenio se apuesta más por la salud y se deja de lado la educación tras proponer tirar la reforma en lugar de modificarla.

Si bien el médico y el educador son muy diferentes en sus habilidades y tareas, deberían obtener el mismo aprecio social, ambos son vitales para la comunidad, ambos deberían ser letrados y respetados. Señalan muy comúnmente al médico diciendo que su vida y trabajo deben ser por vocación y que por ello tienen que permanecer callados y trabajando por el bien de sus pacientes, pero olvidan que el educador también por vocación trabaja aunque realmente no se le exige tanto como al doctor.

Un médico estudia 7 años de carrera más la especialidad, subespecialidad o maestrías y doctorados; unos 12 a 15 años aproximadamente y, pese a ello, somos evaluados cada 5 años para certificar que nuestros conocimientos siguen a la vanguardia y así mantener nuestra cédula vigente.

En cambio, el educador, tras 3 años de escuela, pretende ocupar una plaza (a veces doble) y no tener exámenes al considerarlos punitivos e injustos, ya que no todos los profesores tienen las mismas oportunidades (aunque los médicos tampoco).

La educación, como la medicina, evoluciona día tras día y la capacitación por parte de las autoridades es obligatoria, así como la responsabilidad cívica de quienes son maestros de estudiar y certificar que son aptos para educar como el país en sus nuevos tiempos requiere.

Es momento de proponer para beneficio de los niños mexicanos y no solamente protestar. Aunque, no eximo en esta opinión a los médicos que nos hemos quedado callados frente a una retahíla de abusos que surgen en el sector salud, es cierto que la ética no nos permite abandonar a los pacientes como algunos maestros hacen para realizar marchas, pero tenemos que buscar la forma de proponer mejoras al sistema para el bien de los trabajadores y los derechohabientes.

La sociedad actual requiere de mucho más, por tanto, no pueden seguir habiendo médicos groseros, salarios pésimos y horarios excesivos. Por mucho tiempo nos hemos callado y sería buena idea tomar el ejemplo de los educadores para alzar la voz, retomar la magia, buscar el bien común y por su contraparte, los profesores podrían solicitar aumentos salariales, adecuadas capacitaciones para pasar los exámenes y mejores recursos para ejercer ¡Qué mágico sería un balance entre salud y educación! ¿Cierto?

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