Salvemos una vida: exhortan a vivir sin adicciones

El médico psiquiatra Luis Jorge Gamboa señala que el alcoholismo es un problema multifactorial, que puede ocasionar demencia y muchas veces derivar en desenlaces fatales

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El médico psiquiatra Luis Jorge Gamboa, invitado al programa, y la conductora MaryLyz Escalante. (Jorge Acosta/Novedades Yucatán)
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William Sierra /Mérida
El alcoholismo tiene varias aristas que llevan hacia su dependencia y muchas veces ocasionan desenlaces trágicos, por lo que es necesario atender a tiempo esta problemática, dijo el médico psiquiatra Luis Jorge Gamboa durante el programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmite todos los viernes de 11:00 a 12:00 horas por la estación AMOR 100.1 de Grupo SIPSE.

En esta ocasión la anfitriona fue MaryLys Escalante, con quien el invitado abordó el tema “El alcoholismo y sus secuelas”, y señaló que este es un problema multifactorial, con varias causas que nos pueden llevar hacia una dependencia.

“Nadie nace siendo alcohólico, pero a través de las experiencias de la vida, en la infancia, adolescencia, adultez y tercera edad, ésta última la más vulnerable, empezamos a recurrir a ciertas sustancias que nos calman la ansiedad, cuyo trasfondo puede ser la soledad”, indicó.

Estas sustancias, dijo, nos quitan la ansiedad, nos ponen alegres; si tenemos insomnio, nos da sueño. Podría decirse que es un inhibidor, como un analgésico con duración de unas ocho horas, pero luego de seis o cuatro horas, hacen que se vaya incrementando la dosis hasta convertirse en una adicción.

“Las sustancias se metabolizan más rápido y, en consecuencia, sus efectos tienen menor durabilidad, por lo que ya no serán dos copas sino cuatro las que necesiten; luego serán seis y así sucesivamente”, comentó el médico.

“De ahí viene la analogía, por ejemplo, cuando me preguntan ‘¿doctor, no me va a causar una adicción tomar estos dos antidepresivos?, claro que no, al ser una toma de 10 miligramos al día durante todo el año; no habrá un aumento a los 15 días de dos tabletas, luego tres, cuatro, cinco...”, explicó.

“Detrás de una adicción hay un problema de depresión, lo más frecuente es la ansiedad”

También señaló que, de acuerdo con diversos estudios, detrás de una adicción hay un problema de depresión, lo más frecuente es la ansiedad, muchas veces de duelos, que puede ser por una pérdida laboral, al jubilarse, sentirse que ya no es importante, no se adapta en casa, con los amigos, o por la muerte de algún ser querido.

En ese sentido, el especialista abundó que en las personas de la tercera edad se tiene el mayor índice de suicidios. “Muchas veces, la persona se ve sola tras la pérdida de su pareja, siente soledad y desesperanza”, precisó.

MaryLys preguntó si una persona con depresión o ansiedad puede que la conduzca al alcoholismo, al ser éste un desinhibidor, y para él servirá para dejar de sentir tristeza, desesperanza, aunque luego se sienta peor.

“Cuando reaccione, va a tener un sentimiento de culpa, incluso podría acabar envuelto en problemas mayores. Siempre será importante saber qué es lo que se está tratando de cubrir con esas sustancias, y recurrir a un médico”, dijo Luis Jorge Gamboa.

La anfitriona preguntó desde cuándo se puede saber si se tiene un problema de alcoholismo.

“Esta pregunta es interesante y compleja porque no podemos definir a una persona que tiene una adicción o dependencia, y cuando usamos el adjetivo alcohólico o cocainómano, se nos olvidan las otras facetas de su vida, del ciclo vital que está viviendo, a qué edad se presenta, y si además hay antecedentes, entonces tendremos un factor disparador, que generalmente es una pérdida en fantasía o realidad”, indicó el invitado.

Es vital que el padre afronte al hijo, que hable con él y buscar ayuda profesional

El médico psiquiatra comentó que la ingesta de alcohol puede ocasionar, entre otras cosas, demencia, al inhibir la producción de serotonina, una sustancia que ayuda a generar el buen estado de ánimo.

“Estas células se encuentran en la parte de enmedio del cerebro y se proyectan hacia las áreas frontales, de ahí se van liberando. Aquí la persona va a tener todo un cuadro de depresión, además del problema neurológico. También están los celos patológicos del alcohólico que llevan hasta el suicidio y homicidio”, advirtió.

“Hasta los 21 años de edad se termina la madurez cerebral, por eso, mientras más joven sea, el problema del alcohol será mucho mayor porque no se ha estructurado la personalidad desde el punto de vista psicológico”, añadió.

También mencionó que el adolescente no manifiesta tristeza, sino irritabilidad, agresividad. Generalmente a un joven no lo se le ve triste. El invitado dijo que cuando sucede esto es vital que el padre afronte al hijo, que hable con él y busque ayuda profesional, por ejemplo, con psicólogos especializados en adicciones.

El profesional también señaló que uno de los factores más serios es el estigma de la salud mental, pues cuando se acude a un psiquiatra se piensa que es porque estás loco, cuando no es así.

El alcohol, subrayó, puede llevar al suicidio sin depresión. Es decir, se da por impulsividad, “obteniendo algo que da fuerza para suicidarse”.

A una pregunta, indicó que cuando la vida de una persona ya está alterada, es cuando nos podemos dar cuenta de que tiene una dependencia hacia cualquier sustancia, en este caso del alcohol.

“Cuando la familia descubre que uno de sus integrantes tiene este problema, lo primero que hay que hacer es hablar con él, tener una conversación respetuosa, nunca confrontarlo, decidir qué hacer, no abandonarlo o ignorarlo”, indicó.

También indicó que se puede dar el caso de solapar al hijo, y en vez de confrontar el problema juntos, se busque resolver los líos que puede causar por el alcoholismo:“ver que no se sepa nada de lo que hace”.

Cuando Marilys preguntó al invitado si se puede dejar de beber, el médico psiquiatra no respondió que sí, aunque admitió que no sería nada fácil.

“El alcohol no es parte de nuestra vida, podría decirse que en su momento sirvió para algo, ya sea correcto o incorrecto. Hay que analizar qué está pasando para estar en esta situación”, dijo.

“La realidad duele, en cambio, la mentira puede dar cierta tranquilidad, pero mata. Lo mejor con un alcohólico es un diálogo respetuoso, buscando tomar decisiones que quizás nos duelan, pero que sean las correctas”, concluyó.

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