Salvemos una Vida: Es necesario el diálogo para construir la paz
El abogado José Ricardo Marchand Aguilar compartió con los radioescuchas la labor que realiza la organización CIAS en varias comunidades del país para lograr reconstruir el tejido social.
En la emisión de esta semana del programa de radio “Salvemos una Vida”, que se transmite todos los viernes por AMOR 100.1 FM de Grupo SIPSE, se contó con la presencia de José Ricardo Marchand Aguilar para charlar acerca de la paz.
En esta ocasión, la conducción estuvo a cargo de Esperanza Nieto, quien para abrir el diálogo con su invitado mencionó: “Hay un movimiento mundial que está trabajando por la paz, para que nos llegue a todos y estemos conscientes y activos. Vamos a trabajar por la paz. Ricardo nos trae una información muy interesante que nos va a compartir”.
El abogado Ricardo Marchand dijo que el Centro de Investigación y Acción Social por la Paz (CIAS por la Paz) surgió en 2015, a partir de la preocupación por la violencia que comenzó a escalar en el país.
“Es una institución jesuita que busca construir paz, o como nosotros le decíamos y decimos en este momento y desde hace tiempo: reconstruir el tejido social. A lo largo de todo este tiempo, con un compañero estamos en el proceso de cierre y de duelo por la lejanía poco a poco con la institución, pero el trabajo ha sido fuertísimo”, indicó.
Agregó que, en CIAS, “hemos pasado muchas generaciones de compañeros y nos hemos dedicado a ir por todo el país tratando de entrar sobre todo en las zonas más difíciles para sembrar un poco de semilla de paz. Es como ver las causas raíz de la violencia, porque muchas veces se observa nada más como en la punta del iceberg; la violencia que sucede, los eventos que se dan, por ejemplo, si ocurre un suicidio o una muerte por alguna situación”, expuso.
Marchand Aguilar consideró que el aumento de la violencia y el hecho de que el tejido social se fracture tiene que ver con un desbalance en la sociedad.
“Tampoco estamos diciendo que antes todo era perfecto, pero cuando decimos reconstruir el tejido social, pensamos de repente que como que parecía que el tejido social anterior era bueno. Entonces hay que volver a reconstruirlo. Hoy hay cosas buenas, sin embargo, la realidad es que vemos que otras se están deteriorando bastante y muy rápido”, apuntó.
En ese sentido, destacó que los hilos del tejido social son tres: los vínculos, la identidad y los acuerdos. “Es la medida en que una sociedad tiene una identidad firme, tiene la capacidad de generar vínculos adecuados y los acuerdos, pues pueden ser hechos de manera no violenta para resolver incluso nuevos conflictos de manera pacífica”.
Motor para el cambio
En este sentido, el invitado consideró que el conflicto es el motor del cambio. Por lo que es importante que haya divergencias para poder lograr ese cambio.
Esperanza Nieto puso como ejemplo de lo anterior a la familia, donde siempre hay conflictos y desacuerdos entre sus integrantes. “Alguno quiere dormir más tiempo que el otro; o uno quiere comer algo frío y el otro, una sopa caliente. Vamos a decir que son conflictos mínimos que se pueden resolver y llegar a un acuerdo pacíficamente. Si, enmargo, si subimos un poco de tono, la familia va generando un grupo, a su vez varios grupos forman una sociedad. Entonces, cuando hay conflictos en una sociedad y llegan ustedes, ¿cómo ayudan tradicionalmente?”, preguntó al invitado.
El abogado Marchand Aguilar respondió que cuando empezaron los proyectos eran prácticamente misioneros católicos jesuitas y se iban a vivir a las comunidades compartiendo con la gente en diferentes instancias, buscando los principales espacios, que desde la perspectiva de CIAS son seis áreas: gobierno, ciudadanía, educación, familia, iglesias y empresas.
“Buscamos esos seis sectores para ver cuál quería trabajar, y a partir de elegirlo y que también tuviera problemas, nos íbamos metiendo para ayudar a fortalecer a las instituciones. Al principio éramos nuevos, pero al caminar fuimos aprendiendo, ya son casi nueve años”, expresó.
Al respecto, indicó que ha trabajado en la parroquia de Kinchil y ahora se encuentran en la de la Santa Cruz. También lo han hecho en Centro de readaptación Social de Mérida.
“Se dio una capacitación a los párrocos, un diplomado en tejido social, que certificó la Universidad Marista, y después de esa capacitación comenzamos a trabajar con las personas en territorio, los agentes parroquiales”, explicó.
Esperanza Nieto recordó que hace algunos años las personas salían a la puerta de sus casas por la tardes y platicaban con amigos y vecinos. “Era maravilloso. Ahora la vida nos ha llevado a que se cierren las puertas y ventanas y no sabemos quién vive en esa casa, ni quién es nuestro vecino”.
En respuesta, Ricardo Marchand llamó a reforzar el diálogo y la manera en que se convive y se vincula la sociedad. “Tenemos muchos factores a favor. Tenemos que reforzar el diálogo. Somos seres humanos y estamos hechos para vivir en grupo, no en solitario”, finalizó.