Salvemos una vida: Explican secretos del arte del pincel
Señala el maestro José Luis Loría las formas de comprender y disfrutar todo lo relativo a “La Natividad en la pintura” durante la emisión de “Salvemos una Vida”.
El programa de radio “Salvemos una Vida”, que se transmite por Amor 100.1 FM de Grupo SIPSE, en su emisión de esta semana, bajo la conducción de Jorge Barrera, quien contó con la presencia del pintor e investigador José Luis Loría, quien conversó acerca del tema “La Natividad en la pintura.”
“Quiero comentarles que José Luis, es un apasionado de la investigación, y muy preparado para el tema de hoy en este mes de diciembre, en el que conmemoramos el nacimiento del Niño Dios. Él ha llevado exposiciones pictóricas a China, Austria, Checoslovaquia y Estados Unidos, poniendo en alto en nombre de México”, mencionó Jorge Barrera al presentar al invitado.
José Luis Loría comentó que ha dedicado 50 años al arte, pues comenzó en la Ciudad de México en 1968 a vender sus obras, a la par que estudiaba la preparatoria.
“‘La Natividad en la pintura’”, tiene relación con mis inicios. Cuando viajo por primera vez a Europa llego al Museo del Prado, en Madrid (1971), donde había una obra en donde se plasmaban a los Ángeles anunciando la Natividad”, dijo.
“Esa experiencia de ver esta obra me causó una gran emotividad. Caí en una especie de éxtasis al apreciarla. Ese recuerdo viene hoy, con este tema. ‘La Natividad en la pintura’ es la representación del nacimiento de Cristo, que es uno de los temas clave en la Liturgia Cristiana y que ha sido tratado por los artistas en innumerables ocasiones a lo largo de la historia, cambiando a través de los siglos conforme a las costumbres y la moda. Es como se da el desarrollo de la pintura sobre el tema del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, antes del Siglo IV. Solamente así se logra comprender el significado a profundidad”, expuso el maestro José Luis Loría.
Jorge Barrera comentó que muchas veces se observa una pintura, pero no se aprecian los detalles y el significado para poder disfrutar la obra.
José Luis Loría dijo que para ello juega un papel importante la investigación del origen de la obras. En el caso del cristianismo, es de más de 2 mil años.
“A través de la investigación conocemos qué artista la hizo, como manejo de los elemento que aparecen en la obra, el escenario en que se produce la historia, por ejemplo, en las que se retoma el Evangelio de San Lucas, situando (el nacimiento de Jesús) en un pesebre, en un establo en ruinas, mientras que en el Evangelio de San Mateo, la escena se representa en una casa. Todas esas interpretaciones de las expresiones y transformaciones de la temática sólo se pueden lograr a través de la investigación del cuadro”, comentó.
Destacó que en la época del Renacimiento, en los cuadros de La Natividad, la Virgen María ya tenía al Niño Dios en sus brazos, pero en las primeras obras antes de ese tiempo no aparecía de esa forma.
“A partir del Renacimiento se deja de dar importancia a la figura humana y se abandona la madera para comenzar a pintar en lienzo (tela). Los efectos de luces y sombras dan volumen, y el descubrimiento de la perspectiva atmosférica imprime sensación de profundidad. Aparece el difuminado de los perfiles, técnica en la que destacó Leonardo da Vinci. Además, el paisaje se abre al fondo del cuadro, ayudando al espectador a identificarse más fácilmente con la escena. Durante los siglos XIV y XV, la escena se hace más cálida e íntima, representando a la Virgen María alimentado al Niño. El Concilio de Trento de 1945 a 1963 fijó las bases iconográficas de las representaciones de la Natividad, como respuesta de la Iglesia Católica a la Reforma Protestante. Se prohíbe a partir de ahí a las comadronas o el baño de Cristo, ya que el nacimiento de Dios se consideraba algo puro y sobrenatural. En el Barroco de los siglos XVII y XVIII, la decoración se vuelve arte. Así, María y el Niño se convierten en la fuente de luz”, expuso.
El invitado de “Salvemos una Vida” agregó que en cuanto a la adoración de los pastores, al principio de la Edad Media, solían representarse al momento en que recibían la noticia del nacimiento de Cristo y quedaban como petrificados, pero con el paso del tiempo, los artistas decidieron representar lo plasmado en el Evangelio según San Lucas, en el cual los pastores acudieron al establo para adorar a Dios.
“En el siglo XVII, cuando se incorpora el Cordero, tomado del Evangelio de San Juan refiriéndose al pasaje en el cual el apóstol, dirigiéndose a Jesús, afirma: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, y las liturgias Cristiana, Anglicana y Luterana lo toman como símbolo de la mansedumbre, de la bondad y de la paz. Este esquema iconográfico es el que han venido siguiendo los artistas desde entonces”, expresó.
Por último, dijo que una de las reglas de oro que sigue, sobre todo en estos tiempos, la recibió del Fundador de Grupo SIPSE, don Andrés García Lavín (QEPD), quien un día lo conoció en un estado de agobio y le recomendó que siempre que tuviera un problema, lo pusiera en las manos de Dios.
“Hay que aprender todo lo que la vida nos presenta, desde una forma de gratitud. La felicidad es una forma de tener gratitud. Tómense el tiempo, que no haya angustia por comprar y consumir. Disfruten todo lo que la vida les dé desde la paz, la armonía y la reflexión, en esta Navidad”, finalizó.