Investigadora de la Uady desarrolla estudios sobre la prevención del suicidio
Lourdes Pinto Loría, investigadora de la Facultad de Psicología de la Uady, es primordial darles a los jóvenes recursos emocionales
José Salazar/Mérida
En una emisión más del programa “Salvemos una vida”, que se transmite todos los viernes a las 11:00 horas por AMOR 100.1 FM de Grupo SIPSE ayer, los conductores Esperanza Nieto y Luis Pinto tuvieron como invitada a la doctora Lourdes Pinto Loría, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
La catedrática de la casa de estudios dio detalles acerca de una investigación que desarrolló en materia de prevención del suicidio.
“Una de las inquietudes que tenía era ¿Por qué la gente decide morir? De hecho la primera investigación que hice fue un estudio sobre la actitud hacia la vida, la muerte y el suicidio, hacer una comparación de los significados que la gente le da a estos conceptos, me hizo darme cuenta que una actitud favorable a la vida tiene varios componentes, como son la motivación para vivir, la utilidad de la vida, los proyectos, la esperanza para vivir, etcétera, factores que pueden variar dependiendo de las experiencias a través de la historia personal de cada individuo. Trabajé esta escala con personas suicidas y no suicidas”, detalló.
La doctora Pinto indicó que los resultados del estudio revelaron que las personas que había pasado por la experiencia de querer morir, tenían una alta valoración por la vida. De esta forma pudo entender que el suicidio no es un rechazo a la vida, sino que el dolor psicológico que vive la persona en algún momento es lo que detona sus deseos de morir.
“Esto es lo que le da sentido a la prevención del riesgo de suicidio. Las personas que pasan por un proceso de conducta suicida no quieren morirse, quieren vivir y sentirse mejor, lamentablemente sus recursos se van acabando y terminan optando por un acto fatal. Esto le da sentido a la labor de prevención, porque vale la pena invertir tiempo y financiamiento para ayudar a estas personas que no desean morir. Están dispuestas a superarlo, cuando hay un acompañamiento importante que los ayuda”, expuso la académica de la Uady.
En respuesta a Luis Pinto en cuanto a los grupos de edad de mayor riesgo de conductas suicidas, la invitada al programa indicó que esto se da mayormente en hombres que pasan por proceso de duelo por rupturas amorosas, problemas familiares o económicos, y que esto se agudiza cuando consumen drogas o tienen algún padecimiento mental. También se incrementa el riesgo cuando viven solos y cuentan con pocos recursos económicos.
“Hay diversos factores. Cuando comencé a estudiar el fenómeno suicida, las tasas más altas estaban en la edad de los 45 años, cinco años después bajó a 35 años. Viendo ese panorama, comencé a hacer prevención con adolescentes, para que en su trayecto de vida tengan más recursos para enfrentar las diversas dificultades de la vida”, explicó.
Mencionó que comenzó el trabajo con jovencitos a partir de los 10 años de edad, para proveerlos de recursos emocionales y así prevenir las conductas suicidas.
Faltan programas
Al realizar un diagnóstico, encontró que la tasa de suicidio en adolescentes yucatecos era del 16 por ciento.
“Estos datos los obtuve hace más de cinco años, y duplicaba la tasa nacional en términos de intento. En un paradigma de prevención y promoción de la salud, no queremos que exista un intento de suicidio, entonces medí la ideación suicida, que fue del 40 por ciento en los adolescentes yucatecos. Estamos hablando que de cada diez, entre 4 y 6 están pensando en el deseo de morir. Estos números tienen sentido cuando vemos que no hay programas específicos para prevención de la salud en adolescentes. Son los que menos van a consulta, contrario a la infancia cuando llevan control de niño sano y otros programas”, aseveró.
Añadió que las principales causas de muerte entre adolescentes son el suicido, accidentes de tránsito y homicidio, las cuales son prevenibles.
“Estamos en una población adolescente que tiene una gran necesidad de programas de educación en salud y prevención de riesgos. Entonces trabajé en un paquete de prevención que abarca educar en el manejo de la sexualidad, en adicciones, violencia, proyecto de vida, entre otros”, abundó la doctora en psicología.
Esperanza Nieto dijo que conforme crecen los niños y se convierten en adolescentes, comienzan a experimentar cambios y adquirir nuevas responsabilidades. En ese sentido, consideró necesario enseñarles a manejar esta etapa.
La doctora Lourdes Pinto dijo que al trabajar en la prevención de los riesgos psicosociales, por efecto, disminuye el riesgo suicida.
“El riesgo suicida se detona alrededor de diversos problemas que tiene que ver con la familia, la escuela, el manejo de su cuerpo, la sexualidad, su proyecto de vida. Cuando se prepara bien al joven, se reduce el riesgo suicida, porque va a tener recursos psicológicos para enfrentarlos”, comentó.
También refirió que en 2006, se emitió una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el manejo de las adicciones y la sexualidad, que son factores de riesgo psicosocial.
“Con base en esto, elaboré un programa para que estas habilidades se formen con miras a medir y evaluar el impacto que tienen en el riesgo suicida. Me capacité en Colombia y lo traje a Yucatán. Invité a mis colegas psicólogos a conocerlo. Elaboré un programa para educación secundaria. Aproveche el espacio para formar tutores que decidieran participar en el diplomado de competencias para la vida. Trabajamos un material para el primer grado, en desarrollo de habilidades para la vida. Dimos seguimiento a generaciones de alumnos de primer a tercer grado. Un testimonio impactante fue el de un chico que comentó la pérdida de su madre y dijo que agradecía a su profesor a aprender a manejar sus emociones, porque así pudo enfrentar la pérdida y pudo ayudar a su padre y a su hermana”, puntualizó.
Consideró de gran importancia que este tipo de programas se incorporen en las escuelas para enseñar a los jóvenes a ser resilientes, y que la documentación y manuales de estos se encuentra disponible para los docentes que así lo deseen, en la Facultad de Psicología de la Uady.
“Ahora, desde preescolar se incorpora el eje de educación socioemocional. He dado algunos cursos en la Secretaría de Educación donde les muestro la importancia de trabajar en el manejo de emociones con los niños y generar proyectos juntos para desarrollar esas habilidades de comunicación, la empatía y pensamiento crítico. Desde preescolar están listos los niños para aprender esto, a la par que aprenden a leer y escribir. Desde mi punto de vista, la prevención tiene que ver con mejorar muchos procesos básicos que tienen que ver con la educación”, concluyó.