El equilibrio entre valores y virtudes
Una conjunción de fuerzas para amar, para pensar, para decidir, para hacer actos de heroísmo, para hacer el bien aunque todos hagan el mal .
Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El conferencista Juan Bosco Abascal Carranza, que estuvo de visita en la ciudad, participó como invitado en el programa radiofónico Salvemos Una Vida para compartir herramientas a la población con la finalidad de que puedan salir de sus problemáticas con un análisis más profundo y con mejores resultados.
Cabe señalar que Abascal Carranza ha escrito varios libros y actualmente está presentando su obra llamada “Solo la persona virtuosa es feliz”, tomando en cuenta que lo que una persona busca desde niño es ser feliz y para serlo hay que ser virtuosos.
Bajo la conducción de Alis García se desarrolló esta emisión, que se transmite los viernes por Amor 100.1, y agradecieron la presencia del Doctor Juan Bosco por ofrecer un poco de su tiempo al auditorio.
En su intervención, el especialista señaló que en muchos discursos de diferentes tipos de personas, presidentes, autoridades eclesiásticas y también gente común, se habla mucho de que hoy México está sumergido en una crisis de valores.
“Y dicen: ‘es que no tienes valores’, y cosas por el estilo y quiero comentar que esto es un grave error porque para empezar habría que definir qué son los valores, tomando en cuenta que los valores no son virtudes y las virtudes no son valores”, refirió.
Dijo que la diferencia está en que los valores son todos los seres que existen, entonces hay un valor máximo, que es Dios, y un valor ínfimo, que “curiosamente” los científicos han llamado la partícula de Dios, la cual ya demostraron en el acelerador de hadrones en Europa, que haciéndolas chocar a la velocidad de la luz se produce masa y es así como se produce la creación del universo.
Por ejemplo, un niño que viene anencefálico, sin brazos, sin piernas, con síndrome de Down, que tiene malformaciones físicas, generalmente a ese infante se le suprime, y dicen: ‘pobre del niño, pobre de la mamá’ y pobres además todas las personas que van a tener que atenderlo, lo que es un error muy grave porque ese niño, llegue como llegue, es un valor y es un valor trascendental porque es un hijo de Dios, es un ser para la eternidad.
“Entonces el mundo de los valores, es el mundo de las cosas que existen, de los seres que existen y algo muy diferente es el mundo de las virtudes”, apuntó.
Placer momentáneo
Mencionó que los valores no pueden ser juzgados como aquel dicho que dice “Todo se puede ver desde el cristal desde que se mira”, porque finalmente no importa el color del cristal que se trae, las cosas tienen su propio color independientemente de cómo se miren.
Señaló que una mujer mexicana valora más a su hijo que a su esposo, lo que es un error, porque a quien más hay que valorar es a quien va a estar ahí para siempre, el hijo está de paso.
Mientras que el marido mexicano valora más a los amigos que a la esposa, disfruta más los viernes con los amigos, las pachangas con los amigos, las tardes de futbol con los amigos.
“Entonces sí tenemos una crisis pero no por falta de valores, sino porque los valores están invertidos y lo que más vale es lo que menos se valora y lo que menos vale es lo que más se valora”, apuntó.
Por ejemplo, dijo que los dos millones de personajes de todos los niveles sociales que se dedican al narcotráfico en el país, desde el cultivo hasta la compra y la venta, valoran más el placer momentáneo que da una “tacha” o la vida que ellos tienen y que están desperdiciando con sus adicciones.
El experto comentó que tiene 52 años trabajando en esto, desde los 20 años se ha dedicado a decirle a la gente que su esposa vale más que su trabajo, su salud vale más que su trabajo, la mamá vale menos que su esposa, sus hijos están de paso y su esposa está para siempre o cosas como que el amor no tiene fecha de caducidad y no es un sentimiento.
Virtud, el punto medio
Por otra parte, expuso que la virtud es un hábito operativo bueno, de excelencia que hacen a cada persona mejor ser humano.
Explicó que el origen de la palabra virtud nadie lo sabe, pese a que todos hablan de la virtud, y viene de dos palabras, una griega y una latina, en latín se dice virtus, que significa fuerza, y en griego areté con el mismo significado.
Por tanto son fuerzas para amar, para pensar, para decidir, para obrar el bien, para hacer actos de heroísmo, para resistir grandes tentaciones, para resistir la ingratitud de la gente que lo rodea, para hacer el bien aunque todos hagan el mal, para no robar los bienes públicos.
Dijo que en términos prácticos, la virtud es el punto medio entre dos extremos, por ejemplo, una persona es ordenada, es virtuosa, siempre pone las cosas en su lugar, qué pasa si esa persona ordenada exagera el orden: se convierte en una persona obsesiva, pero si esa persona pierde el orden se vuelve floja.
Una persona del sexo femenino es graciosa, si exagera se vuelve resbalosa y si la pierde se vuelve en una amargada. Una persona es veraz, dice la verdad, si exagera se vuelve claridoso y agresivo y si pierde la virtud de la veracidad se vuelve hipócrita, mentiroso y taimado.
“Entonces la virtud es el difícil ejercicio cotidiano de localizar el justo medio”, subrayó.
Destacó que una persona que vive con hábitos virtuosos vive con analgesia, o sea como si siempre estuviera actuando sobre él una suerte de analgésicos.
“La gente no sabe que ser virtuoso es ser feliz”, reiteró.