Llaman a trabajar en el desarrollo interior
En el programa radiofónico Salvemos una Vida resaltan la importancia de servir a los demás
Novedades Yucatán/MÉRIDA
Todos debemos procurar un cambio interno como personas, buscando siempre que sea para bien, tal como ocurrió con Salvador Íñiguez, invitado del programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmite por AMOR 100.1 de Grupo SIPSE, durante el cual compartió parte de sus experiencias de vida.
Teniendo como anfitriona a Alis García, fundadora del programa, y al joven Luis Ángel Pinto, quien expresó su satisfacción de formar parte de esta agrupación, el invitado especial dijo que está contento de regresar a Mérida y en especial a Salvemos una Vida tras un año.
Para comenzar, Luis Pinto comentó que es importante que los jóvenes se involucren en programas como Salvemos una Vida y añadió que nunca hay que dejarse, subestimar o pensar que no pueden hacer tal o cual cosa.
En ese sentido, Alis García respaldó lo dicho por el conductor e invitó a que más jóvenes se les unan, tras resaltar que se les escucha y se toman en cuenta sus opiniones.
Por su parte, Salvador Íñiguez recordó que la vez anterior que estuvo en el programa hablaron de su participación en el documental “Tierra de María”, donde aparece evangelizando en los prostíbulos.
Al hablar de sí mismo, el oriundo de Guadalajara mencionó que vivió alejado de Dios y de los sacramentos por malas experiencias que vio y que, por no tener su fe bien cimentada, fácil se apartó del buen camino.
“Precisamente por la ignorancia uno se aleja de las cosas de Dios, del Evangelio, de la Iglesia. Así viví como 15 años, llevando una vida muy precaria en varios aspectos. Sin embargo, a través de la Virgen María me encontré con Jesucristo, me reconcilie con su iglesia y desde entonces el Espíritu Santo se ha dedicado a orientar mi vida, encontrando esta bella misión, que me devolvió esa dignidad tan pisoteada”, comentó.
En ese sentido, Alis García coincidió en que hay veces en que personas en grupos apostólicos, e incluso hasta los propios religiosos, hacen cosas que te pudieran herir y de inmediato culpamos a la Iglesia, cuando “somos los seres humanos los que fallamos”.
“El simple hecho de ser bautizado te hace parte de la Iglesia y los defectos que se tienen son tuyos, como humanos que somos. En mi caso generalicé que todo estaba mal y no es así”, comentó Salvador, tras añadir que la fortaleza de uno puede venir de los errores, siempre y cuando se tenga sentido de rectificar.
Este cambio a veces no se puede hacer solo, por lo que, como en el caso de Salvador, Dios le puso gente buena para ayudarlo.
“Todos tenemos un momento en que, al tocar fondo, uno se abre y entra la gracia de Dios, asumiendo lo que hiciste mal o lo ocurrido. Hay que saber perdonar, pidiendo fortaleza a Jesús, pues uno solo no podrá”, apuntó.
Conversión
Al abundar sobre la conversión, dijo que primero no hay que asumirla como un cambio de vida, pues se puede caer en un puritanismo, en una hipocresía.
“Hay que vivir un camino diario de conversión. Por ejemplo, veo que ahora no cometo los mismos pecados que antes. Aunque superé algunos, surgirán otros más. De ahí la importancia de una tolerancia entre nosotros mismos”, añadió.
Salvador recordó que en esa etapa gris de su pasado cuestionaba por qué si Dios existe lo tenía viviendo sin un sentido en la vida, pensando varias veces en que poner fin a su existencia.
“Cuando uno está así, hay que asumir tus desgracias, pero teniendo una percepción, pues una cosa es lo que puedes percibir y otra la realidad. La verdad hay que dialogarla, porque a través del diálogo se llega a ella”, indicó.
También, comentó que si no se deja que las cosas se acentúen, no se podrá discernir qué está bien y qué está mal.
“Para ayudarnos en esto se necesita la luz de Dios y nos guste o no los sacramentos son los únicos medios que Jesús instituyó para transmitir una vida divina al alma. Él nos pide perdón, pues el que perdona se le serán perdonados sus pecados”, añadió.
El predicador comentó que cuando uno no acepta su realidad se vive generando angustia.
“Yo viví angustiado porque no asumí una realidad. Cuando se resisten realidades que no se pueden cambiar, las conviertes en enemigas. En consecuencia, los enemigos existen en la medida en que nosotros le damos vida con las resistencias mentales. Por ejemplo, si me ofendieron y nunca dejamos de pensar en ello o en cómo me las van a pagar, vamos a vivir sumidos en un pasado doloroso, como me ocurrió a mí”, manifestó.
“Cuando hay una realidad que no se puede cambiar debemos dejarla. Olvidar aquello que nos hizo sentir mal. Mi vida tiene un fracaso, acéptalo y si tiene solución lucha por eso. Si no tiene, entrégaselo a Dios”, agregó.
Salvador recordó que cuando nacemos Dios nos da unos dones, las potencias del alma, como memoria, entendimiento y voluntad.
También, invitó a los radioescuchas a orar, “pues si no lo hacemos nunca vamos a educar esas potencias del alma”.
“Cuando lo hagamos hay que estar enfocado en Dios, hablarle, agradecerle, pedirle a que nos ayude a desear lo que Él desea para nosotros”, agregó.
Añadió que donde vemos grandes males, Dios saca grandes bienes, viéndonos con ojos de misericordia.
Por último, Salvador señaló que no debemos escandalizar por el pecado de otra persona solamente porque es diferente al personal.
A su vez, Ángel invitó a los jóvenes a que se acerquen a Dios, recordando siempre que por muy mal que hayamos obrado nos perdonará si nos arrepentimos de corazón.