VALLADOLID, Yuc.- La importancia que tuvo Valladolid durante la época de la Colonia se puede percibir aún hoy con la presencia y conservación de sus iglesias en el Centro Histórico y los barrios de esa ciudad, incluido el convento de San Bernardino de Siena.

En el costado norte del parque principal está la iglesia dedicada a San Servacio, cuyo exterior cautiva por los detalles en su arquitectura: fachada de piedra labrada, la parte superior está rematada con dos torres simétricas coronadas por sendas cruces de piedra, en el techo entre las dos torres había un antiguo reloj con carátula en números romanos.

Esta iglesia fue derribada y reconstruida. El primer templo se erigió en 1545 y fue demolido 160 años después, en 1705, debido a que en el año 1703 en su interior ocurrió un suceso que ha sido consignado como “El crimen de los alcaldes”, pues en su interior fueron asesinados los señores Fernando Hipólito de Osorno y Gabriel de Covarrubias, que se habían refugiado en la sacristía, pero quienes los buscaban llegaron hasta ese sitio sagrado donde los atacaron.

Por ello se decidió derribarla y reorientar su acceso principal; por lo general las iglesias miran hacia el oeste (hacia Roma), la de San Servacio mira hacia el norte, porque se cambió de lugar el altar.

Interior de la iglesia de San Servacio, en Valladolid. (José Acosta/SIPSE)

La Virgen de las Candelas

En el Barrio de la Candelaria, en la calle 44 por 35, se encuentra la iglesia dedicada a esta Virgen, le llaman La Virgen de las Candelas, en una mano lleva una vela encendida y en la otra carga a un niño. La imagen recuerda a los católicos el pasaje bíblico donde María presenta a Jesús en el templo para cumplir la Ley de Moisés. Su arquitectura es del siglo XVI.

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Iglesia de Santa Lucía

El Barrio de Santa Lucía también tiene una iglesia dedicada a esta santa, se dice que ese barrio fue elegido para concentrar a un grupo de personas que se levantarían contra el gobierno de Porfirio Díaz, los insurrectos llamaron a su proclama “Plan deDzelkoop”. El inmueble tiene una espadaña simple con tres claros para las campanas; los marcos de las puertas están labrados en piedra con motivos vegetales. Su construcción data de principios del siglo XVII. Se ubica en la calle 42, por 47.

Templo de Santa Ana

La iglesia de Santa Ana, en el barrio del mismo nombre, tiene como principal característica el campanario. Se cree que fue edificada en el siglo XVI y que era exclusivamente para los indígenas, pues todos los oficios, a excepción de la misa, se ofrecían en lengua maya. Su patrona es la madre de la Virgen María, y ahí se encuentra también San Joaquín, padre de la Virgen. Se ubica en la calle 34, entre 39 y 41.

La Virgen del Refugio

En el barrio de San Juan, en la calle 40, entre 47 y 49, hay otra iglesia cuya patrona es la Virgen del Refugio. Es una iglesia morisca que cuenta con dos torres cuadradas rematadas cada una con una cruz de piedra labrada. Sus entradas laterales tienen arcos de gran tamaño de estilo colonial. El patrono de la iglesia es San Juan Bautista y la construcción data de 1780.

Convento de San Bernardino de Siena

En el Barrio de Sisal se conserva el convento de San Bernardino de Siena. De acuerdo con investigadores, antiguamente la iglesia se llamaba de San Francisco, pues la orden de los Franciscanos construyó y fundó el convento. En la puerta principal se puede apreciar el escudo de la orden y debajo, “MDLX”, el año 1560 que corresponde a la fecha en que se concluyó y se bendijo. La fachada tiene un largo corredor de arcos con paredes de más de 50 centímetros de ancho y una entrada de piedra labrada.

En el nicho superior, encima del tabernáculo, se observa una imagen de la Virgen de Guadalupe. En el interior del área de la iglesia todavía existe un hermoso retablo de madera artísticamente tallado con motivos arabescos, impresionante por su tamaño y sus finos detalles. En 1978, al realizar trabajos de restauración en algunos retablos, el padre Andrés Lizama Ruiz los mandó retirar y descubrió en su parte posterior varias pinturas de las que se desconoce el autor y las causas por las que permanecieron ocultas, pero se supone que datan del siglo XVI.