|
Parece ser, destacó la especialista, que esta población es altamente sensible, tanto adultos como niños. (Foto: FQ UNAM)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

MÉRIDA, Yuc.- Variantes genéticas que pudieran generar depresión mayor entre los yucatecos, la cual incidiría directamente en mayores tasas de suicidio, están siendo estudiadas por un grupo de investigación de la Facultad de Química de la UNAM.  

El grupo de investigación de las académicas Marta Menjívar Iraheta y Bárbara Peña Espinoza, de la Facultad de Química, estudian variantes genéticas en poblaciones mayas de la Península de Yucatán, las cuales podrían elevar el riesgo a desarrollar depresión mayor y, con ello, tendencias suicidas.

 

(Foto: FQ UNAM)

 

A través de un trabajo financiado por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (Papiit) de la UNAM, el equipo de las universitarias ha realizado pruebas a 600 pobladores, tanto pacientes del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY) como adultos de Tahdziú, lugar con mayor porcentaje de pobreza extrema en Yucatán.

Depresión mayor  

Las especialistas establecieron que la población de la Península presenta una estructura genética con un componente ancestral único: 

“Nuestro grupo trató de elucidar si en esta población existen variantes genéticas que no han sido reportadas que los lleven a una mayor depresión y, por ende, a cometer suicidio”, detalló en entrevista Bárbara Peña.

El grupo de investigación encontró en la muestra estudiada que el 39 por ciento presenta depresión mayor, la cual está aunada con tendencia al suicidio. Mientras que el 44 por ciento sólo tiene depresión, sin otra patología. 

“De los 600 participantes, el 25 por ciento tiene tendencia de riesgo suicida, dividido entre un riesgo leve, moderado y grave, el cual está acompañado por la depresión mayor”, explicó Bárbara Peña.

Parece ser, destacó la especialista, que esta población es altamente sensible, tanto adultos como niños.

“Es fácil entender que llegue a sentirse deprimida con facilidad y que en un ambiente propicio progrese al suicidio; debe haber programas nacionales y a nivel estado que motiven a los niños a expresarse, y esto es factible mediante las diversas expresiones culturales”, indicó.

La universitaria añadió que una de las metas del proyecto a corto plazo es determinar las variantes genéticas que pudieran estar confiriendo un riesgo al desarrollo de depresión mayor y tendencia suicida.

“Estamos trabajando siete variantes y tenemos resultados de la primera; el próximo año vamos a tener apoyo para abarcar más variantes en esta población y dar una idea de cuáles se encuentran en estas vías, para, a través del médico, buscar maneras de dosificación por medio de un abordaje piloto en la población y, con base en su genética, dar medicamentos”.

A largo plazo, concluyó, se plantean “evaluar tanto a niños como adultos y colaborar con disminuir la frecuencia de depresión y riesgo suicida en la zona maya”.

Con información Yazmín Ramírez Venancio y José Martín Juárez Sánchez/Comunicación Facultad de Química




Lo más leído

skeleton





skeleton