Se luce "El Zapata" en Plaza Mérida, José Padilla se despide

Desde su llegada al patio de cuadrillas, el diestro ibérico fue asediado por los aficionados

|
Uriel Moreno “El Zapata” cortó dos orejas en emotivas faenas, por lo que hizo retumbar el coso con las ovaciones de la gente.
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Martiniano Alcocer
MÉRIDA, Yuc.- La presencia del diestro jerezano Juan José Padilla en la Plaza Mérida convocó a alrededor de tres mil aficionados, ya que muchos querían ser testigos de la despedida de los ruedos de este torero, que es uno de los que tiene mayor poder de convocatoria en los últimos años, en buena medida por el morbo que genera con su parche en el ojo izquierdo.

Desde su llegada al patio de cuadrillas, el diestro ibérico fue asediado por los aficionados que querían su autógrafo o tomarse la selfie con él. A todos atendió el torero que lleva el cuerpo cosido por 39 cornadas y que ya acusa el peso de las visitas al quirófano.

Tras el paseíllo, a las 4:30 de la tarde, la gente obligó a Padilla a salir al tercio a saludar en medio de fuerte ovación que compartió con sus alternantes: Uriel Moreno “El Zapata” y Gerardo Rivera. Para el torero jerezano fueron los únicos aplausos.

 

Uno de los toreros con mayor poder de convocatoria en los últimos años es Juan José Padilla, quien se despidió de la fiesta brava.

La expectación se trocó en rechiflas desde su primer enemigo, “Destacado”, un imponente negro meano de 500 kilos que desde que puso una pata en la arena despertó admiración por su trapío y presencia.

Padilla, mermado en sus facultades y cojeando visiblemente, no quiso ni verlo y menos ponerle banderillas, lo que causó el enojo del respetable. Lo mismo pasó con su segundo enemigo, “Legendario”, castaño de 495 kilos. Algo le pasa a Padilla que parece haber perdido el arrojo.

A los que no les pasa nada ni les da miedo el toro de verdad es a “El Zapata” y a Rivera. El maestro de Apizaco cortó dos orejas por sendas, valientes y emotivas faenas a su par de enemigos, por lo que hizo retumbar el coso con las ovaciones. No cabe duda que el tlaxcalteca es sinónimo de valor y honradez.

Su paisano Rivera también hizo alarde de valor y torería, y le cortó un apéndice a su primero. El segundo lo cogió  cuando ponía banderillas, sin  mayores consecuencias.

Lo más leído

skeleton





skeleton